La decisión tomada por la Sala de Apelaciones del Tribunal Supremo (TS) de mantener la prisión preventiva al líder ERC, Oriol Junqueras, condicionará las negociaciones para constituir la Mesa del Parlament y para investir a un presidente de la Generalitat.

La permanencia de Junqueras en la cárcel le obligará a pedir permiso al juez para asistir a los plenos, el primero de los cuales está programado para el 17 de enero, cuando se elegirá al nuevo presidente de la Cámara.

La presencia de otros siete diputados electos independentistas en ese pleno también está en el aire: Joaquim Forn y Jordi Sànchez están también en la cárcel, y Carles Puigdemont están en Bélgica.

Forn y Sànchez son los únicos que tienen alguna posibilidad más de acudir al pleno del día 17: el 11 de enero vuelven a comparecer ante el juez --también Jordi Cuixart, que no es diputado-- para pedir que les levante la medida de cárcel preventiva.

Esto significa que no está asegurada la mayoría de 70 diputados independentistas --dos por encima de la mayoría absoluta-- porque, de estos 70, son 62 los que tienen asegurada su presencia en el pleno.

Negociaciones

Miembros de ERC como Gabriel Rufián habían postulado a Junqueras como próximo presidente de la Generalitat si Puigdemont no regresaba de Bélgica, pero la permanencia de Junqueras en la cárcel complica este plan.

El abogado de Junqueras, Andreu Van den Eynde, aseguró que el líder podría ser presidente estando en la cárcel, aunque admitió que solo podría salir del centro para ir a los plenos, algo que dependería de la decisión del juez.

JuntsxCat insiste en que el único candidato posible a la Presidencia es Puigdemont, pero no aclara como piensa investirlo, ya que vive en Bélgica y el reglamento de la Cámara no contempla una investidura a distancia.

JuntsxCat, ERC y la CUP han celebrado ya los primeros contactos para enfocar la legislatura, pero por ahora no han dicho quién es su candidato a presidir el Parlament ni cómo investir a Puigdemont sin que regrese.

La decisión del Supremo sobre Junqueras también es una señal para Puigdemont en caso de que volviera, ya que sobre él pesa una orden de detención y, si regresa, con casi toda probabilidad podría acabar en la cárcel.

¿Renunciar al acta?

La solución más fácil para los ocho diputados electos que se encuentran en esta situación excepcional sería renunciar al acta de diputado, ya que estos escaños irían a parar a otros candidatos sin problemas judiciales, pero nadie ha dado un paso en este sentido.

La ley exige tener acta de diputado para ser presidente de la Generalitat y presidente del Parlament, aunque no lo exige para ser miembro del Govern como conseller.