Significados dirigentes soberanistas catalanes acentuaron ayer la estrategia de los últimos días de echar el freno dialéctico y, con aparente autocrítica sobre su gestión del procés, intentar reconducir el discurso político de cara a las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre. El primero en abrir fuego por la mañana fue el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, quien reconoció que la independencia de Cataluña no es aún una realidad porque todavía no hay un «mayoría» que la quiera y explicó que el Gobierno de Carles Puigdemont no «implementó» la República catalana por temor a que el Estado respondiera con la misma «represión» que ejerció el día del referéndum independentista del 1 de octubre. «Es cierto que se declaró la independencia y se proclamó la República, pero esa República no se implementó fundamentalmente porque no estábamos predispuestos a poner en riesgo la seguridad de los ciudadanos», explicó Tardà en el Congreso.

Aseguró que su partido trabaja con la máxima de que «Cataluña será independiente si hay una voluntad mayoritaria y perseverante de los ciudadanos en querer ser independiente». «Si esta mayoría no existe, nunca lo será», agregó reconociendo que, de momento, no existe, y que no se puede poner por tanto, fecha, a esa hipotética independencia. «Todavía no somos independientes porque no ha existido una mayoría de catalanes que lo haya querido», reconoció Tardà, quien insistió en que las elecciones del 21 de diciembre constituyen «una oportunidad», aunque son «ilegítimas y anómalas».

«Acompasar el ritmo»

El portavoz del PDeCAT en el Congreso, Carles Campuzano, aseguró que «no va a haber renuncia al horizonte de la independencia», pero que las fuerzas independentistas deberán buscar más apoyo social a su proyecto y «acompasar sus ritmos a la realidad de los hechos». Aseguró que su partido no renunciará al proyecto de independencia, que «la aspiración a tener un estado propio en Cataluña ha llegado para quedarse». «Pero si alguna lección hemos aprendido en estos años es que vamos a necesitar más tiempo para reforzar las mayorías sociales que nos acompañen en ese proyecto y las fuerzas políticas soberanistas deberán acompasar sus ritmos a la realidad de los hechos», admitió.

Ya por la tarde, el expresidente de la Generalitat Artur Mas aseguró en Madrid que el «objetivo» de la independencia de Cataluña sigue «vigente», aunque sus partidarios están cuestionándose en estos momentos si los plazos del referéndum y posterior declaración fueron «inteligentes» y si contaban con «la mayoría social suficiente». En un coloquio sobre la situación de Cataluña organizado por el Club Siglo XXI, donde debatió con el expresidente socialista José Montilla, así como con los que serán candidatos del Partido Popular y Catalunya en Comú a las elecciones del 21 de diciembre, Xavier García Albiol y Xavier Doménech, Mas recordó que la independencia «no es el capricho de cuatro locos», como demostraba la mayoría en el Parlament catalán, aunque admitió que las fuerzas políticas que la apoyan están «reflexionando sobre las consecuencias» del procés en estos momentos.

Además, se desmarcó de la declaración unilateral de independencia que aprobó el Parlament catalán el pasado 27 de octubre, subrayando la fecha en la que aceptó renunciar a la presidencia de Cataluña a favor de Carles Puigdemont. «Soy el principal responsable de este proceso, pero no el único, hasta el 10 de enero de 2016», dijo Mas, señalando el día que fue investido Puigdemont con el apoyo de Junts pel Sí y los diputados de la CUP, que habían exigido la retirada de Mas a cambio de su respaldo a un gobierno independentista.

Según Mas, durante los últimos meses, los previos al referéndum y posterior declaración unilateral de independencia, ha «colaborado» con el «proceso» cuando ha sido «consultado», limitando así su participación en las decisiones del Govern de Puigdemont a un rol puntual de asesoramiento. A su salida del acto y en declaraciones a los medios, también negó que haya aconsejado a Puigdemont buscar una lista única independentista para las elecciones catalanas del próximo 21 de diciembre.

Críticas internas a Junqueras

Por otra parte, el delegado de la Generalitat en Girona cesado tras aplicarse el artículo 155 y miembro del PDeCAT, Eudald Casadesús, afirmó ayer que la República catalana no se llegó a implementar porque a la hora de la verdad fallaron «consellerias clave», y señaló como una de ellas la del vicepresidente cesado, Oriol Junqueras. En declaraciones a la Cadena Ser Ràdio Girona, precisó algunos de los departamentos que a su juicio no estuvieron a la altura: «Uno que es evidente es el de Economía. Esto está claro. Si tu no tienes los recursos previstos para poder aguantar tres, cuatro, cinco, seis meses donde puedas pagar perfectamente a los funcionarios y una estructura mínima... esta es una», se lamentó.

También señaló que se falló de cara a las relaciones internacionales, ya que consideró que, tras declarase la República en el Parlament, se debería haber conseguido que hubiera «algún país que internacionalmente te reconozca» como Estado independiente, y esto no ha pasado. «Yo creo que es evidente que no estaban preparados aquellos temas más nucleares, más importantes. No tenían la respuesta detrás necesaria», zanjó el delegado cesado, que considera evidente que la República no ha tenido el recorrido que esperaban los independentistas.