La Comisión Europea apuntó ayer al posible impacto en el crecimiento económico de España de la evolución de la crisis en Cataluña, aunque evitó «especular» al registrarse por el momento «un impacto limitado» en la zona euro por el reto independentista en esta región.

«Existe el riesgo de que evoluciones futuras puedan tener un impacto en el crecimiento, cuyo tamaño no puede anticiparse en este momento», indicó el ejecutivo comunitario, al publicar sus previsiones económicas elaboradas con datos recabados hasta el 23 de octubre.

España se encuentra sumida en una grave crisis política desde que el 27 de octubre Cataluña, con 7,5 millones de habitantes y que representa el 19% del PIB nacional anunciara unilateralmente su independencia, una declaración anulada el martes por la justicia española.

El ejecutivo comunitario revisó no obstante al alza sus previsiones para la cuarta economía de la zona euro, en comparación a las estimaciones de mayo, con una expansión del 3,1% (+0,3) en 2017 y del 2,5% (+0,1) un año después. En 2019, el crecimiento se desaceleraría al 2,1%.

Reacciones «contenidas»

El «escenario central» de Bruselas «no incorpora ningún impacto económico potencial importante por los acontecimientos en Cataluña», indicó en rueda de prensa el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, quien no quiso «especular» aunque «el riesgo existe». «En este momento, el impacto macroeconómico es limitado, incluso insignificante», aseguró el responsable comunitario, precisando que habla «del impacto macroeconómico de la zona euro, Europa y España».

En su capitulo dedicado a España, la CE consideró «contenidas» las reacciones de los mercados a los recientes acontecimientos en Cataluña, bajo tutela del Gobierno central desde fines de octubre.

Cataluña es además la región más turística de España, con unos 18 millones de visitantes extranjeros en 2016, y la sede de importantes industrias exportadoras, como del sector agrolimentario, químico o automotriz. Sin embargo, desde la celebración del referéndum de autodeterminación el 1 de octubre, más de 2.000 empresas han trasladado su sede social, entre ellas bancos como CaixaBank y Sabadell o del sector energético como Gas Natural.

La «incertidumbre generada en Cataluña», en palabras del ministro de Economía Luis de Guindos, provocaría un impacto en el crecimiento español en 2018 de entre cuatro o cinco décimas, es decir «unos 5.000 millones de euros» menos de PIB, indicó a principios de semana. La previsión de Bruselas para 2017 coincide con la del Gobierno español, si bien la proyección para el año siguiente es ligeramente más optimista, respecto a la expansión del 2,3% prevista por Madrid. De Guindos precisó que se trata de un escenario «prudente».

Problemas «pasados»

La crisis política en España llega en un momento de aceleración de la recuperación económica en la zona euro, que registrará una expansión del 2,2% en 2017 pese a la incertidumbre del brexit, según las proyecciones de la Comisión. A partir de entonces, se desaceleraría ligeramente al 2,1% en 2018 y al 1,9% en 2019. La recuperación económica llega también a las cuentas públicas y, en este sentido, el déficit público en España podría situarse en 2018 por debajo del límite autorizado por las reglas europeas tras un 3,1% en 2017, si bien Moscovici no descartó una «buena sorpresa» ese año.

España es, junto a Francia, el único país por encima del déficit del 3% autorizado y, en una carta enviada en octubre a Madrid, la Comisión urgió al gobierno a prever en los próximos presupuestos el objetivo del 2,2% pactado, tras revisar el borrador remitido por España.

De Guindos, cuyo gobierno prorrogó el presupuesto de 2017 a la espera del apoyo parlamentario, recordó que las cuentas enviadas a Bruselas son «sin cambio de políticas» y que, «tan pronto las circunstancias lo permitan», tomarán las «medidas necesarias» para cumplir el 2,2% de déficit. El desempleo, otra de las herencias de la crisis económica, se prevé que «siga retrocediendo», destacó la Comisión en su informe.