De entre todos los protagonistas del caso Gürtel solo uno tiene el mérito de haber colocado al PP en la situación más expuesta al escarnio público de su historia. Se trata del extesorero del PP y senador por Cantabria Luis Bárcenas, protagonista por partida doble: en primer lugar, porque para la fiscal Anticorrupción Concepción Sabadell, Bárcenas es el «Luis el Cabrón» que aparece mencionado en la contabilidad de las empresas del líder de la trama, el empresario Francisco Correa. En segundo lugar, porque el propio Bárcenas, en su declaración del pasado enero reconoció una «contabilidad extracontable» en el PP, o como sostiene la Fiscalía, quedó «plena y abrumadoramente acreditada la caja "b"» en el PP.

La existencia de esta contabilidad «en negro» en el PP no es el objeto que se ha juzgado el último año en la Audiencia Nacional, de hecho, tiene su propia causa, pero su revelación al gran público acabó provocando una de las comparecencias de un alto cargo político más delirantes que se recuerdan. Ocurrió el 25 de febrero de 2013. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, hoy ministra de Defensa, se vio forzada a dar explicaciones sobre la situación de Bárcenas en el PP, cuando se hizo público que siguió cobrando del partido tras haberlo abandonado en 2010.

Cospedal sostuvo que Bárcenas cobró del PP hasta diciembre de 2012 en virtud a «una simulación», es decir, una «indemnización en diferido».

Si mayúsculo fue el escándalo entonces, no menor fue cuando aquel mismo 2013 se revelaron los SMS que el propio líder del partido, Mariano Rajoy, había estado manteniendo con su antiguo extesorero. En aquellos mensajes, escritos cuando Bárcenas ya era objeto de investigación, Rajoy le animaba con palabras como «Luis, se fuerte» o «hacemos lo que podemos».

Ahora, el hombre de la «contabilidad extracontable» y de la indemnización en diferido aguarda sentencia. La fiscal pide 39 años de cárcel.