La mujer que implica a dos políticos del PP en orgías sexuales y consumo de drogas asegura que todo lo que cuenta es cierto y que lo ha podido acreditar además con pruebas, incluyendo fotografías. Afirma que el empresario por el empresario Tolo Cursach siempre le abonaba en persona los servicios sexuales del ex presidente del PP de Palma, José María Rodríguez, y el diputado Álvaro Gijón. En esta entrevista exclusiva lo cuenta todo. No muestra su rostro porque ya ha sufrido una paliza, además de otras amenazas, y su integridad física corre serio peligro. De hecho, uno de los que le amenazaron está pendiente de ser juzgado. Se trata del sobrino de Cursach.

-¿Qué razón hay para creer que lo que cuenta es cierto?

-Por una razón, porque yo no he ido a buscar a nadie. A mí me vinieron a buscar. Han sido otros los que me han metido en este tema, sin yo pedirlo.

-¿Quiénes son ellos?

-Personas del entorno de Cursach. Intuyo que sabían que la Policía, antes o después, llegaría a localizarme y ellos me encontraron antes. Querían desacreditarme antes de que el juez me citara, pero no lo han conseguido.

-¿En qué momento se le localiza y de qué forma?

-A través de Ángel Ávila llego a la Policía. A partir de ese momento me hicieron todo tipo de preguntas sobre hechos ocurridos hace diez años. Les cuento lo que yo sé, que coincide con lo que ya está investigando previamente la Policía.

-¿Cuándo sufre la primera amenaza?

-En el intervalo entre que hablo con los policías y me cita el juez, el sobrino de Cursach ya me amenaza. Me ocasiona todo el daño que puede contra mi persona, contra mi hijo, contra mis amigos. Empieza una guerra para terminar con mi persona.

-¿Entiende que haya mucha gente que defienda que está mintiendo y que se lo está inventado todo?

-Es lógico. Yo no pretendo convencer a nadie. Las cosas se irán aclarando más adelante. Solo soy una testigo, puede que en estos momentos la más evidente porque se ha hecho pública mi declaración para protegerme, pero hay más de 300 personas que han declarado.

-¿Qué saca usted al contar esta historia?

-De momento he conseguido que me propinen una paliza con graves lesiones, demostradas a través de informes médicos de Son Espases y por el forense. Aunque se insinúe que me he autolesionado, no creo que los médicos también mientan. Además, estoy en tratamiento por ansiedad y lo que he provocado es que mi familia y mis amigos sufran al verme envuelta en calumnias y mentiras.

-¿Cómo entra en contacto con personas del entorno de Cursach?

-Al señor Cursach lo conozco porque yo tenía una empresa de eventos deportivos e iba con frecuencia al gimnasio Megasport. Y lo conozco sobre todo porque era la persona que me abonaba los servicios sexuales de ciertos políticos.

-¿Qué relación tenía con el club de alterne que, según usted afirma, tenía como clientes a José María Rodríguez y a Álvaro Gijón?

-Debo aclarar que se trataba de un lugar muy discreto, que ha funcionado durante más de diez años, con chicas de alto nivel, personas anónimas como amas de casa, estudiantes o mujeres casadas que ganaban un sueldo extra. Un lugar donde se busca la privacidad. Yo era una especie de encargada. Me ponía en contacto con las chicas o con los chicos y procuraba que todo estuviera listo para atender a los clientes.

-Se ha insinuado que usted no solo era la encargada, que era algo más.

-Para empezar la prostitución no es delito y lo que yo haga con mi vida es mi problema. Tampoco me interesa conocer los gustos sexuales de los clientes que acudían al prostíbulo. Aquí el problema es otro. Lo que se trata es que un empresario, como el señor Cursach, que se ha dedicado a pagar las orgías sexuales de dos políticos con mucho poder y con una gran influencia.

"A Rodríguez yo misma le he visto consumiendo cocaína"

-¿En qué momento Bartolomé Cursach le comunica que se haría cargo de los servicios sexuales de los dos políticos?

-No puedo concretarle las fechas, pero sí recuerdo el momento en que Cursach me dijo que él asumiría el pago de los servicios sexuales de Álvaro Gijón y José María Rodríguez. No puedo decirle si a cambio de pagar las orgías, Cursach recibía después algo a cambio. La verdad, no se lo puedo aclarar.

-¿Alguno de los dos políticos que usted cita llegó a pagar en algún momento los servicios sexuales con prostitutas que se ofrecían en este piso de la calle Lluís Martí?

-Al principio José María Rodríguez sí que pagaba las relaciones con las chicas, pero después dejó de hacerlo. Yo nunca le dije que Cursach pagaría sus facturas, pero me di cuenta de que estaba enterado de esta situación.

-¿Y Álvaro Gijón?

-Gijón no pagó nunca. Siempre mantuvo relaciones sexuales gratuitas.

-Además de situarlos en orgías sexuales con prostitutas, también asegura que estos dos políticos consumían cocaína.

-A Rodríguez yo misma y con mis propios ojos le he visto consumiendo cocaína en el piso de Lluís Martí y, además, es un hecho que presencié varias veces. En cambio, a Gijón no lo vi nunca drogándose, pero las chicas me decían que les obligaba a consumir cocaína antes de mantener relaciones sexuales.

-¿La droga se la proporcionaban dentro del prostíbulo?

-Jamás. Ellos la traían cuando entraban en el piso o, a veces, ordenaban que se la trajeran de la calle.

-¿En qué momento y con qué frecuencia solían acudir estos dos políticos al prostíbulo que dirigía?

-No tenían un día fijo, ni tampoco venían a una hora determinada. Habitualmente solían venir después de comer y la mayoría de veces pasaban muchas horas manteniendo relaciones sexuales con las prostitutas.

-¿En algún momento coincidieron los dos políticos en el prostíbulo?

-Que yo sepa, no. Siempre acudían por separado. Desconozco el motivo por el que Rodríguez y Gijón acudían al mismo prostíbulo. Supongo que lo que buscaban era un lugar discreto.

-Parece algo extraño que uno de estos políticos acudiera con el chófer a mantener relaciones con prostitutas.

-Quiero aclarar el tema del chófer. Este chico trabajó con nosotros en el piso y uno de los dos políticos le encontró un trabajo en el Ayuntamiento. Es cierto que no era el chófer oficial de Gijón, pero él mismo reconoció en el careo que tuvo conmigo que trasladaba con frecuencia al político en el coche del Ayuntamiento. Nunca he dicho que el chófer acompañara a Gijón al prostíbulo. Pero le puedo asegurar que yo misma, un día que Gijón vino a las siete de la tarde y se marchó a las nueve y media de la mañana, pasado de todo, le ayudé a llegar a la calle y le vino a recoger el chófer."He aportado muchas pruebas, incluyendo fotos"

-Todo lo que cuenta, ¿lo puede demostrar? ¿Tiene más pruebas que su simple palabra?

-Por supuesto. Ya he aportado al juzgado muchas pruebas que demuestran lo que estoy narrando.

-¿Incluyendo fotografías?

-No puedo dar detalles porque son secretos, pero he aportado muchas pruebas, incluyendo fotos.

-¿De qué conocía a Gijón?

-Por el torneo de pádel que organicé para la Policía Local. Por eso conozco a tantos policías.

-Al margen del evento deportivo, ¿se ha encontrado alguna vez en la calle Gijón o Rodríguez, o alguno de los dos ha intenado coaccionarla para que no declare?

-Nunca me han amenazado. He coincidido muy poco con ellos. Recuerdo que un día me encontré con Gijón por la calle y nos saludamos cordialmente.

-Los abogados insisten en que en la declaración del viernes cayó en muchas contradicciones y que no había podido reconocer a muchas de las personas que implica.

-Fue un interrogatorio intenso, de ocho horas. No paramos ni para comer. Hubo un momento en que no sabía ni cómo me llamaba. Muchas de las cosas que califican de contradicciones, después se ha demostrado que no son mentira. Por ejemplo, he demostrado que el prostíbulo existió. Lo confirmó un vecino del edificio.

-¿Y sobre las dudas al identificar a personas que usted señala?

-Me enseñaron fotos de carnet, que apenas se podía saber de quién se trataba. Por ejemplo, me acusan de no poder calcular la altura de Antonio Vera. No sé qué mide, porque siempre le vi sentado, cenando conmigo y con una compañera. Nunca le vi de pie.

-¿La Policía ha podido constatar sus acusaciones?

-Por supuesto. La Policía ha ido comprobando uno por uno todos los detalles que he ido contando. Le puedo asegurar que si hubiera mentido, ya se habría demostrado la mentira. Y ahora ya no sería testigo, sería una imputada y estaría en la cárcel.

"Cursach nunca me discutió ninguna factura"

-Volvamos al tema de las orgías y la forma de pago. ¿Qué ganaba usted en este negocio de la prostitución?

-Yo ganaba dinero. Mi beneficio estaba en alquilar la habitación y en cobrar el 50% de las bebidas que compraba el cliente. Por ejemplo, Rodríguez solía comprar muchas botellas de cava. Cada una valía 50 euros.

-Usted afirmó que Cursach llegó a pagarle hasta 36.000 euros por una orgía. Parece un precio exagerado.

-Hay que tener en cuenta que cada chica o chico cobra 400 euros por hora y en las orgías participaban varias personas a la vez. Además, hay que añadir el precio de las bebidas.

-¿Dé que forma se le pagaba los servicios sexuales?

-Siempre me pagaba personalmente Cursach. Lo solía hacer en el gimnasio. Cuando no estaba, porque había viajado, volvía otro día y me pagaba. Nunca me discutió ninguna factura.

-Implica usted también a dos antiguos jefes de la Policía Local de Palma en el cobro de comisiones.

-Joan Mut (jefe de la Policía Local de Palma) me contrató tres veces como chica de compañía. Le acompañé de cena a un restaurante de Pabisa. Y aunque Vera dice ahora que no se llevaba bien con Mut, le puedo asegurar que compartimos mesa con él. También vinieron el comisario Estarellas y el jefe de la Patrulla Verde, Gabriel Torres.

-Pero además de cenar, también detalla que recibieron sobres con dinero.

-Miguel Pascual, de Pabisa (imputado en la causa), vino a sentarse con nosotros. Estuvo un rato hablando con los policías. Yo noté que había mucha familiaridad entre ellos. No era la primera vez que se veían. Antes de marcharse les dio un sobre a cada uno con dinero. Contenía billetes de 500 euros.

-¿Y con este dinero se pagó sus servicios y el de su compañera?

-Así es. Nos pagaron 1.500 euros a cada una por este trabajo de compañía. El dinero que nos dieron procedía del sobre que había entregado Pascual.

"Mut quiso acostarse conmigo. Yo me negué"

-En ese momento Joan Mut, ¿qué cargo ocupaba?

-No le puedo concretar la fecha, pero cuando Mut contrató mi compañía era el jefe de la Policía Local de Palma. De hecho, presumía de su cargo.

-También dice usted que tuvo un comportamiento violento.

-En el tercer encuentro quiso acostarse conmigo. Yo me negué. Entonces me dio un empujón, me insultó y me dijo que terminaría conmigo, pero la verdad es que no cumplió estas amenazas.

-Vera dice que no la conoce de nada, aunque usted asegura que sacó de la calle a una prostituta que conocía.

-Así es. Se encaprichó de una compañera mía, le puso un piso y la sacó de la profesión.

-Cuentan de usted que tiene múltiples causas judiciales en su contra.

-Es mentira. En mi vida he tenido doce procedimientos. La mayoría de denuncias las he presentado yo misma.Y quiero dejar claro que no tengo ni antecedentes penales, ni policiales.

-Entonces, se trata de una maniobra más para desacreditar su palabra e insinuar que tiene problemas con la Justicia.

-Lo único que están haciendo es mentir sobre mi persona. Están intentando desacreditarme.

-¿Se ve con fuerzas para aguantar hasta el día que se celebre el juicio?

-Por supuesto que voy a aguantar. Cada mañana cuando me levanto, me miro al espejo y veo las lesiones que tengo tras la paliza que sufrí, voy cogiendo fuerzas y le puedo asegurar que lo que voy a contar todo en el juicio.