Rodrigo Rato, el político que pudo ser presidente del Gobierno de España y ha sido el español que ha desempeñado el puesto económico más relevante en la esfera internacional, ha sido condenado a cuatro años y medio de cárcel por los delitos continuados de apropiación indebida y administración desleal y por el uso que hizo con su tarjeta black.

Atrás quedan los años felices en los que, como director gerente del Fondo Monetario Internacional, organizaba la política monetaria mundial y su triunfal regreso a España para hacerse cargo después de la presidencia de Caja Madrid, la formación de Bankia y su salida a Bolsa.

Ha sido precisamente esta entidad la que le ha puesto en los últimos años bajo la lupa de la Justicia. Tras el caso de las tarjetas opacas, la puntilla final a su figura llega por una investigación por supuesto blanqueo tras haberse beneficiado de la amnistía fiscal diseñada por sus propios compañeros de filas.

El escándalo de las "black" dejaba muy tocado al que fuera vicepresidente económico del Gobierno de José María Aznar y sufría su primera condena por parte de la sociedad.

Y es que la ciudadanía no pudo perdonar que, en plena crisis económica, el que fuera ministro de Economía tirara de una tarjeta opaca a Hacienda para desembolsar miles de euros en tiendas de arte sacro, locales de ocio nocturno o en tiendas de bebidas alcohólicas.

A la condena social se le unía la de su propio partido, que durante años le tuvo como el símbolo y adalid de la recuperación económica, y por la que Rato se vio obligado a pedir la suspensión temporal de su militancia.

Su trayectoria

Nacido en Madrid el 18 de marzo de 1949 en el seno de una familia de reconocida tradición empresarial, licenciado en Derecho y en Administración de Empresas por la Universidad de California (Berkeley), antes de incorporarse a la política fue consejero de las empresas familiares.

En 1979 comenzó su trayectoria política en Alianza Popular (AP), aunque adquirió su mayor protagonismo cuando fue elegido para dirigir la política económica del Gobierno en 1996.

Siete años después, en septiembre de 2003, compitió con Rajoy para ser candidato a la presidencia de Gobierno, pero finalmente fue designado el actual presidente del Gobierno.

Perdida esta batalla, Rato saltó al exterior como director gerente del FMI, cargo que asumió en 2004, y desde el que impulsó un cambio en la forma de distribuir el poder entre los países miembros, lo que supuso el mayor plan de reforma desde la fundación del organismo.

Sin embargo, en junio de 2007 anunció su decisión de abandonar su cargo por motivos personales, lo que desató especulaciones sobre su regreso a la vida política española.

No obstante, pronto dejó claro que no iba a formar parte de las listas del PP para las elecciones generales y que retomaba su actividad profesional privada en entidades como el Santander y Lazard, banco que también le ha costado algún que otro disgusto dentro del "caso Bankia" que investiga la Audiencia Nacional.