El líder del PSC, Miquel Iceta, ha advertido hoy al PSOE de que "las gestoras son para tiempos breves" y le ha apremiado a convocar el congreso para poder elegir a un secretario general y una ejecutiva: "Las gestoras son para tiempos breves", aunque ha confiado en que ambas formaciones sabrán "superar la discrepancia" porque el PSC "no quiere separarse ni un solo milímetro de sus hermanos".

En su intervención en el congreso del PSC para presentar el informe de gestión de la comisión ejecutiva, Iceta ha recordado que, tras la dimisión de su predecesor, Pere Navarro, en 2014, el PSC "también designó una gestora en junio, y el congreso se hizo tres semanas después. Las gestoras son para tiempos breves".

En todo caso, tras la ruptura de voto del PSC en la investidura de Rajoy, ha lamentado "no haber sido capaz de convencer" al PSOE de votar en contra ni de hacer entender su posición de no poder abstenerse ante un PP al que ha "responsabilizado" directamente del conflicto soberanista en Cataluña por su ausencia de diálogo.

De hecho, se ha mostrado "sorprendido" de que "aún haya quien no entienda que el PSC no puede aparecer al lado del Gobierno del PP, aunque fuera con una abstención".

"Confío que sabremos superar esta discrepancia, porque queremos seguir construyendo con el PSOE un proyecto compartido. Sea cual sea la comisión ejecutiva que elegiremos, éste es uno de los primeros puntos de su trabajo, por convicción, pero también por fraternidad y estima hacia los socialistas de toda España", ha dicho.

PSC y PSOE, hermanos

El dirigente socialista ha sido tajante en este sentido sobre la posición del PSC hacia el PSOE. "Son nuestros hermanos de los que no nos queremos separar ni un solo milímetro", ha dicho entre aplausos de los centenares de delegados presentes, dejando claro que se "mantendrá esa voluntad pase lo que pase".

Ha rememorado que en 1978 y en el mismo escenario de hoy, el Palacio de Congresos de Barcelona, se "sellaba el acuerdo" del protocolo de unidad entre PSC y PSOE, y ha mostrado su convicción de "seguir caminando juntos, porque el futuro -ha dicho- depende en gran medida de aceptar las diferencias y gestionar las discrepancias".

Iceta ha pedido a sus compañeros que, al abordar los debates en el congreso de este fin de semana, "cuando se toque esta cuestión, lo hagamos desde la prudencia y la fraternidad de quien quiere seguir compartiendo este proyecto con los socialistas de España".

Iceta hace balance

Por otro lado, ha hecho un repaso de la evolución del partido en los últimos dos años, desde que se gestó la actual ejecutiva, y la situación en la que se encuentra ahora el socialismo en Cataluña.

"Si queremos mejorar, tenemos que mirarnos al espejo, que no nos engañe y nos diga cómo somos", ha dicho. "El PSC no se hizo para ser un partido del 12% de los votos, o para complementar mayorías, sino para representar una fuerza mayoritaria al servicio del pueblo".

Analizando los distintos resultados en los cuatro comicios del último año o "el difícil reto" que supuso la consulta soberanista del 9N, Iceta ha llamado a "no dejarnos vencer por la demagogia, el populismo o los trucos de magia destinados al fracaso".

A su juicio, si bien "el problema de encaje de Cataluña no tiene una solución judicial, ni se puede perseguir a nadie por sus ideas ni banderas que cuelga (en alusión a la alcaldesa de Berga), también debemos decir con contundencia que los representantes públicos no pueden saltarse la ley y no hay nadie que esté por encima de ella".

El líder socialista ha pedido así "no ser rehenes de gobiernos que no se hablan entre ellos o de los que como no pueden cambiar la ley, se la saltan. No pueden esperar comprensión ni solidaridad".

Como ha rechazado una hoja de ruta basada en "referéndum o referéndum", porque "no habrá ni uno ni el otro", y ha avisado: "No cederemos ante la ilegalidad, el inmovilismo o la unilateralidad".

Por último, ha detallado el "importante esfuerzo" que supone que el presupuesto del PSC haya pasado de 11,8 millones de euros en 2012 a 7,5 millones este año, por la caída de ingresos, reducción de subvenciones y por los resultados electorales, pero también ha destacado que la deuda se ha reducido de 13,5 a 11,7 millones.

Pero también ha aludido a la "decisión más complicada" de su mandato, vender la sede histórica de Nicaragua y comprar una nueva en el Poblenou, lo que permitirá dejar la deuda en solo 6 millones.

"No somos el partido que éramos, pero nos gustaría volverlo a ser. Y lo primero es reconocer la realidad, ajustarnos a ellas para no resignaros y seguir avanzando", ha sentenciado.