Las nuevas elecciones se veían venir desde hace tiempo. Desde que conocimos el resultado de los comicios el pasado 20 de diciembre, ya se auguró que el futuro del país pasaba por una nueva cita en las urnas.

Pues bien, cuatro meses y seis días después al fin se ha confirmado. España vivirá una situación nunca vista hasta ahora en la democracia: la repetición de unas elecciones generales seis meses después de la primera convocatoria.

El 20D ya supuso un antes y un después en la historia de nuestro país. Por primera vez, la concurrencia de dos nuevos partidos hacía difícil pronosticar cómo se comportarían los votantes. Esta nueva cita en las urnas complica aún más esa predicción.

Lo que sí se puede augurar es que las nuevas elecciones contarán con una participación más baja que las del pasado diciembre. En los comicios del 20D la participación fue del 73,20%, cuatro puntos mayor que la de 2011.

Pero lo primero que se puede esperar del próximo 26J es que la participación caiga considerablemente. El fracaso en las negociaciones para formar Gobierno ha vuelto a los ciudadanos más cínicos y apáticos con los partidos.

Pero, ¿a quién beneficia y a quién perjudica unas nuevas elecciones?

El PP demostró el pasado 20D que sigue siendo la fuerza más votada de España, aunque consiguió su peor resultado desde 1989El próximo 26J los populares volverían a ganar las elecciones. La táctica de los populares de no moverse en las negociaciones para formar Gobierno puede dar sus frutos estos nuevos comicios.

El PP sería el mayor beneficiado en este 26J. El partido de Mariano Rajoy recuperaría muchos de los votos que en las pasadas elecciones fueron a parar a Ciudadanos. El pacto que el partido de Albert Rivera firmó con el PSOE no fue bien recibido por muchos de sus votantes de derechas.

Sánchez y Rivera firman el acuerdo para un Gobierno "reformista" . Agencia ATLAS

Si por un casual Ciudadanos ganase votos en estos nuevos comicios, el PP podría salir beneficiado de cara a unas futuras negociaciones con este partido. Mariano Rajoy ya ha confirmado que seguirá siendo candidato el 26J, algo que no ayudará a las negociaciones políticas, ya que ningún otro partido quiere un Gobierno presidido por Rajoy y el PP no quiere ningún otro presidente que sea su líder.

Y es que Ciudadanos es, con casi total seguridad, el partido que más perjudicado saldrá en las próximas elecciones. Albert Rivera ha sido el que ha reclamado con más ahínco un pacto para formar Gobierno.

Ciudadanos ya decepcionó en las urnas al no conseguir los votos esperados. Su pacto con PSOE no ha sentado nada bien a muchos de sus votantes, esos que anteriormente apoyaban al PP y que ahora ven que el partido de Albert Rivera ha llegado a un acuerdo con los que siempre han estado en la oposición.

En esta campaña electoral Rivera intentará explotar la idea de que Ciudadanos ha evitado un Gobierno entre PSOE y Podemos. Sin su pacto con Pedro Sánchez, el acuerdo entre los socialistas y la formación de Pablo Iglesias para crear un 'gobierno a la valenciana' habría sido más que viable. C's venderá este mensaje de cara a las elecciones del 26J para cerrar la eventual fuga de votos hacia el PP.

Lo mismo le ocurriría al PSOE. Este partido sería otro de los peores parados el próximo 26J. El pacto de Pedro Sánchez con Rivera no ha gustó a la llamada Izquierda Socialista. Esta corriente ya manifestó su rechazo a este acuerdo justo después de defender "un Gobierno de izquierdas".

También, el paripé de Pedro Sánchez en la primera investidura fallida de la democracia puede hacer que muchos de los votantes del PSOE desconfíen del líder socialista en las nuevas elecciones.

Podemos será otro de los beneficiados de cara a los comicios del 26J. Pero esto se deberá a que el partido de Pablo Iglesias planea presentarse junto con Izquierda Unida. Alberto Garzón puede ser el golpe de efecto que la formación morada necesita para situarse como segunda fuerza.

Iglesias: "Cuando alguien hace daño tiene que pedir perdón". Agencia ATLAS

Sin embargo, las diferencias internas en el partido y las últimas críticas hacia Pablo Iglesias pueden perjudicar al Podemos y complicar aún más el futuro escenario político tras las nuevas elecciones.