El agente de la Policía Nacional fallecido este viernes en el atentado de los talibán junto a la Embajada de España en Kabul eleva a 101 los españoles que han perdido la vida en Afganistán, la mayoría en el marco de la misión internacional que se puso en marcha a principios de 2002.

La de Afganistán es la misión de las Fuerzas Armadas que más vidas se ha cobrado: un centenar de militares y guardias civiles han fallecido en el curso de esta operación. De Afganistán volvían los 62 militares que murieron en el accidente del Yakolev 42 que se estrelló en Turquía en mayo de 2003, siendo hasta el momento la mayor tragedia que han sufrido las Fuerzas Armadas en tiempos de paz.

De la misión de la OTAN en Afganistán también son las 17 bajas que sufrió el contingente español en el accidente de un helicóptero Cougar, en agosto de 2005, durante una operación de reconocimiento a unos 20 kilómetros al sur de Herat.

Y en agosto de 2010, un talibán infiltrado como chófer mató a dos guardias civiles y un intérprete de español en la entonces base española en Qala i Naw, situada en la provincia de Badghis y cuya responsabilidad se entregó a las autoridades afganas hace ya más de dos años.

El resto de militares fallecidos en Afganistán perdieron la vida --uno de ellos la primera mujer muerta en misión internacional, Idoia Rodríguez-- en accidentes, combates o explosiones por artefactos explosivos improvisados (IED) colocados por la insurgencia en las carreteras, un sistema que hizo especial mella durante algunos años entre los contingentes internacionales de esta misión.

El agente de Policía fallecido este viernes, Isidro Gabino San Martín Hernández, de 48 años y natural de León, no estaba integrado en la misión militar, sino que trabajaba como miembro de seguridad en la Embajada de Kabul, pero eleva a 101 los españoles que han fallecido por el conflicto con los talibán.

21 militares en el cuartel general

Además del personal de la legación diplomática, en Afganistán quedan 21 militares integrados en el cuartel general de la misión de la OTAN, situado también en Kabul, que se dedican principalmente a labores de asesoramiento del Ejército afgano.

España puso en octubre punto y final a su gran misión en Afganistán. Después de casi 14 años, los 236 militares que quedaban en la base de Herat, en el oeste del país, volvieron a casa, dejando tras de sí una de las operaciones más largas y más peligrosas para las Fuerzas Armadas.

Más allá del objetivo de la misión, la de Afganistán ha supuesto uno de los retos más importantes que han asumido las Fuerzas Armadas españolas en los últimos tiempos y, sobre todo, desde que participan en misiones internacionales.

El sostenimiento de un contingente que llegó a ser de 1.521 militares a una distancia de 6.000 kilómetros y durante más de 13 años no es tarea fácil. Todo ello combinado con operaciones que ocasionalmente implicaron verdaderos combates en un duro entorno y a menudo en condiciones climatológicas muy extremas.