El desafío secesionista lanzado por Mas y apoyado por el líder de ERC, Oriol Junqueras, tendrá el domingo 27 de este mes una etapa o estación muy importante. Si los resultados no les son favorables -por ejemplo, si el número de escaños independentistas no llega a tener la mayoría en el Parlamento o el porcentaje de votos está muy por debajo del 50%- fin de la historia. Pero a nada que los resultados les sonrían a los impulsores del proceso secesionista, estos seguirán con su "hoja de ruta", consistente en desafiar al Estado de Derecho, porque en nuestra Constitución no cabe ni la independencia de una parte del territorio nacional, ni mucho menos es admisible una declaración unilateral en ese sentido, como han anunciado que harán a nada que puedan, Mas y Junqueras.

El 27S se presenta como una fecha clave para el futuro de Cataluña y también para el conjunto de España. El panorama es completamente incierto a expensas de conocer los resultados electorales y los pasos a seguir en función de estos. El escenario que más interrogantes plantea sería el triunfo de la candidatura independentista ´Junts pel sí´. Si los independentistas consiguen que los votos sumen a su favor seguirán adelante con su desafío soberanista. Si, por el contrario, no obtienen los resultados esperados tendrán que dar macha atrás en sus planes y replantear su estrategia.

Por su parte, el Gobierno español se muestra expectante ante unos resultados que podrían plantear serios problemas a los que hacer frente. De momento, la campaña electoral está dejando mensajes basados en la incertidumbre que generaría una Cataluña independiente pero sin ir más allá en cómo respondería el Estado ante esa situación.

Desafío al Estado de Derecho

La hoja de ruta presentada por ´Junts pel sí´ en caso de conseguir la mayoría en el Parlament supondría un desafío para el Estado de Derecho y ante ello el Gobierno de Rajoy ya ha movido ficha con el Constitucional para intentar frenar los planes de Artur Mas.

La reforma exprés planteada por los populares pretende dotar al alto tribunal de potestad para hacer cumplir sus resoluciones y sancionar a cargos públicos si las incumplen. El texto abre la puerta a que este organismo pueda multar e, incluso, suspender en sus funciones al presidente catalán, Artur Mas.

La oposición al completo ha mostrado su rechazo a esta propuesta al convenir que no es necesario dotar al TC de capacidad sancionadora.

Hoja de ruta independentista

La hoja de ruta de la candidatura hacia la independencia de Cataluña se pondría en marcha en el caso de conseguir el apoyo necesario en las urnas el próximo 27S.

En este caso, una vez celebradas las elecciones la Cámara catalana tendrá que hacer una declaración solemne y, tras ello, lo primero que deberá hacer el gobierno resultante es iniciar las negociaciones con el Estado para hacer efectivo ese mandato: "Tenemos que dejar clara la voluntad de diálogo", manifiestan desde ´Junts pel sí´.

Estructuras de Estado: La hoja de ruta estipula que se dará parte a las instituciones europeas tanto del mandato como de la intención de negociar con España, y de mantenerse dentro de la UE. Por otra parte, también se informará a los líderes de las grandes organizaciones internacionales y a los jefes de Estado.

A partir de entonces, según ´Junts pel sí´, dará comienzo el proceso constituyente que empezará gestionado "exclusivamente por la sociedad civil que se autoorganizará". Paralelamente, el Parlament pondrá en funcionamiento las estructuras de Estado sobre las que el Govern ha estado trabajando en los últimos meses, que no se podrán bloquear de manera jurídica porque se pondrán en marcha físicamente pero no de forma normativa.

El documento divide las estructuras de Estado en cuatro ámbitos: las del bienestar, las económicas, las de acción exterior y las de medidas para la gobernanza y para reforzar la administración.

La Cámara catalana incrementará los contactos internacionales, diseñará las estrategias para que Cataluña sea incluida en las organizaciones internacionales, realizará la gestión ordinaria de la administración -dando respuesta a las urgencias sociales-, y llevará a cabo "las actuaciones necesarias para demostrar su deseo de diálogo con el Estado".

Negociación y diálogo: En esas negociaciones, desde ´Junts pel sí´, no descartan un referéndum pactado con el Estado. No obstante, una vez se hayan puesto en marcha esas mínimas condiciones para empezar el proceso constituyente, independientemente del posicionamiento del Gobierno central "se declarará la independencia".

Estos pasos vendrán auspiciados por un gobierno de concentración formado "por las fuerzas políticas dispuestas a implementar el mandato a favor de la independencia, que cuente con la máxima estabilidad y el máximo apoyo parlamentario", que tenga por objetivo culminar el proceso.

Recuperar leyes prohibidas: El escrito de la candidatura independentista catalana contempla la recuperación de las leyes aprobadas por el Parlament y por el Govern que han sido recurridas, suspendidas o anuladas por el Gobierno central y el Tribunal Constitucional. Entre ellas se encuentra el decreto de pobreza energética, el de dación en pago y ley de segunda oportunidad, la de los horarios comerciales, la de la prohibición del 'fraking', el impuesto de depósitos bancarios y el de energías nucleares y emisiones contaminantes de la industria.

La hoja de ruta también señala que se aprobará la ley de transitoriedad jurídica que regulará los elementos constitutivos, estructurales, del nuevo estado. Además, definirá quiénes son ciudadanos y especificará sus derechos, aclarará el régimen de lenguas y regulará la función del jefe de Estado.

El Parlament, por su parte, dictará la ley del Proceso Constituyente, que tratará de encajar los resultados alcanzados en esta primera fase, que finalizará con un mandato el presidente de la Generalitat quien convocará elecciones en menos de un mes, para después empezar la elaboración de la constitución definitiva, que culminará cuando sea sometida a referéndum.