En la parte dispositiva del auto, al que tuvo acceso Europa Press, el Juzgado indica atendiendo al carácter voluntario del concurso, el deudor --la empresa-- conservará las facultades de administración y disposición sobre los bienes, derechos y obligaciones de su patrimonio que hayan de integrarse en el concurso.

Asimismo, en conformidad con la Ley Concursal los acreedores tienen un plazo de un mes para comunicar a la administración judicial la existencia de sus créditos, por escrito firmado por el acreedor, por cualquier otro interesado en el crédito o por quien acredite representación suficiente de ellos.

El Juzgado, en los fundamentos de derecho, indica que el deudor --Delphi en Puerto Real-- alega que se encuentra en estado de insolvencia inminente, aduciendo que prevé que no podrá cumplir regular y puntualmente sus obligaciones. Según el auto, en la solicitud se hace constar la previsible incapacidad para atender regular y puntualmente las obligaciones a partir de mediados de abril de 2007 y se expone que, actualizadas las previsiones y dado el estado de tesorería, se ha constatado que a primeros del mes de mayo, no podrá hacer frente puntualmente a sus obligaciones de pago.

Como manifestaciones externas de la situación de insolvencia inminente, Delphi alega en la solicitud la escasez de recursos que en atención al estado actual de tesorería y las previsiones a corto plazo hacen prever que "de forma inminente" la compañía no podrá afrontar regular y puntualmente sus obligaciones corrientes, así como la "sobre estructura de costes" de la sociedad, que "dificulta la generación de negocio ante la imposibilidad de ofrecer condiciones de mercado competitivas, que, por el contrario, sí son ofrecidas por la competencia".

Además, alega la "dificultad o, en ocasiones, la imposibilidad de renovación o sustitución de negocios ya existentes", y la "acusada, cada vez de manera más notable, pérdida de negocios muy importantes que no han sido sustituidos", así como la consideración de las actividades de la sociedad como no estratégicas, que junto con las pérdidas continuadas, y el nulo interés en el mercado por la adquisición de la misma, hacen que el socio único no pueda justificar más ante el Tribunal que conoce del Chapter 11 en los Estados Unidos y ante sus acreedores, la continuidad del apoyo financiero a la compañía, sin el que Delphi, en las actuales circunstancias, no podrá mantener la actividad.

Por su parte, el Juzgado recuerda que el estado de insolvencia inminente se define como "el deudor que prevea que no podrá cumplir regular y puntualmente sus obligaciones exigibles".

Asimismo, Delphi hace constar en su solicitud de concurso que tiene una estructura operativa con "muy elevados costes de producción", que junto con la caída progresiva de ventas --como consecuencia de la falta de competitividad de las plantas-- han llevado a la sociedad a "acumular pérdidas de manera reiterada en los últimos ejercicios".

Así, la empresa explica posteriormente todo su plan de viabilidad puesto en marcha desde 2005 hasta que en febrero de 2007, por carta remitida por el socio único de la entidad a DASE, se autoriza al Consejo de Administración de dicha sociedad a "iniciar un cierre ordenado de las actividades de producción de Cádiz en la forma disponible más eficiente en el coste".

MOTIVOS PARA EL CIERRE

Los motivos para el cierre esgrimidos son la imposibilidad del socio único de la sociedad de aportar más fondos como consecuencia de la situación de quiebra que se encuentra en Estados Unidos --Chapter 11--, que las líneas de negocio de Chasis y Steering que desarrolla la actividad han sido actividades generadoras de continuadas pérdidas y consideradas como no estratégicas, que la sociedad no se ha podido incluir en la venta de la división de Steering de Delphi y que "no existe ninguna justificación para seguir financiando actividades no estratégicas que solo generan pérdidas y respecto de las que no existe un interés comercial".

El auto hace referencia también a la posibilidad de que se trate de un proceso de deslocalización e indica que aún cuando en el presente caso pudiera estarse ante un supuesto tal caso, caso de estar desarrollándose la actividad en otras plantas --sobre lo que se le requirió información a Delphi--, "ello no excluirá la posibilidad de concurso de la sociedad", por lo que el Juzgado lo que ha analizado para aceptar el concurso voluntario es si existe la insolvencia inminente.

Así, tras observar mediante los documentos aportados por la empresa que los negocios contaban con una tendencia descendente, el Juzgado Mercantil indica que "puede colegir que la sociedad se encuentra en situación de insolvencia inminente de conformidad con el artículo 2.3 de la Ley Concursal, ya que resulta previsible que la sociedad en el mes de mayo no pueda cumplir regular y puntualmente con sus obligaciones exigibles".

Finalmente, en cuanto a la ayuda pública que le fue concedida a Delphi y que, según consta en el auto debía percibir en el mes de marzo, la empresa alega que "dada las circunstancias, y no cumpliendo las condiciones, ha optado por no recibirla". No obstante, atendiendo a su importe --4,26 millones de euros--, "parece que no hubiera sido suficiente para paliar la situación financiera de la sociedad".