El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha indicado este martes que la única reprobación que le importaría sería recibir la de los destinatarios del sistema educativo.

En conferencia de prensa, Wert has respondido así al ser preguntado por la petición de reprobación de su gestión que ha debatido este martes el pleno del Congreso a propuesta del PSOE, sobre la que ha dicho que esto no es plato de gusto para nadie.

El ministro ha indicado que es el presidente del Gobierno a quien corresponde nombrar y separar libremente a los ministros si considera que no hacen lo que deben, así que ha pedido a los socialistas que no se preocupen de esto, que ya se ocupará el jefe del Ejecutivo si lo considera oportuno.

Preguntado por qué no ha asistido al debate parlamentario de esta tarde, ha dicho que ser ministro no lo convierte en Dios y, por tanto, carece del don de la "bilocación o plurilocación", de estar al mismo tiempo en varios sitios, en el sentido de que a esas horas se encontraba presidiendo la Conferencia General de Política Universitaria.

"Si me he perdido la parte divertida, que es aquella en la que se me insultaba -ha indicado-, no voy a ir a la aburrida que es en la que se votaba (la reprobación), y además no soy diputado".

Sobre las acusaciones que ha recibido de sectario, provocador y nostálgico de la educación de sus tiempos de niñez, ha respondido: "Envidio la profundidad de pensamiento de quien ha hecho estas imputaciones y el profundo conocimiento de mi psique, porque demuestra una perspicacia excepcional; les animo a que sigan por ese camino y, si alguien se anima, escriba un libro sobre mi carácter".

Ha señalado que la exposición de motivos de la iniciativa socialista tiene su "mentís más riguroso" en su propia actividad como ministro, pues ayer y hoy ha dialogado durante "16 horas" con las comunidades autónomas, "más allá de lo que nos obliga la ley y con una intensidad sin precedentes" con vistas a la reforma educativa.