El Ministerio Fiscal y la acusación popular del denominado juicio de los trajes han considerado probado que Francisco Camps y Ricardo Costa recibieron regalos de la trama corrupta y que, por tanto, mintieron al jurado cuando los negaron y aseguraron haber pagado las prendas recibidas.

La Fiscal Miriam Segura y el letrado de la acusación popular, Virgilio Latorre, han sido los primeros en abrir la fase de conclusiones finales, que mañana proseguirá con los informes de las defensas.

La Fiscalía Anticorrupción ha atribuido este jueves a Ricardo Costa la aceptación de un traje, tres pantalones y dos americanas más de las que inicialmente se le imputaron como regalos de la trama Gürtel, y ha reducido en dos trajes y un par de zapatos las prendas que supuestamente adquirió Francisco Camps.

La modificación del escrito inicial de acusación no ha modificado su petición de pena para los acusados, que es de cinco meses y medio de multa a razón de 250 euros diarios (41.250 en total), pues se pide en función de la renta de los acusados y no de los regalos supuestamente recibidos.

Según la Fiscalía, el expresident aceptó entre 2005 y 2006 que la trama le regalara tres trajes y tres americanas adquiridas en la tienda Milano, y siete trajes, dos pares de zapatos y una americana.

Todas estas prendas suman un importe de 13.121 euros, en lugar de los 14.021 euros que alcanzaban anteriormente.

Asimismo, según Anticorrupción, Costa aceptó finalmente cinco trajes, dos americanas y nueve pantalones en ambos establecimientos, prendas valoradas en 10.075 euros.

EL Ministerio Fiscal ha señalado que la teoría del montaje referida al sastre José Tomás no encaja porque "haría necesario que en un tiempo en el que tenía buenas relaciones con (Álvaro) Pérez, Camps y Costa, habría elaborado facturas falsas en varias tiendas, en sedes empresariales a las que no tenía acceso y a manejar correos electrónicos pensando en los registros de dos años después".

La fiscal ha apelado al "sentido común y la lógica del jurado" al defender las pruebas documentales, principalmente las referidas al encargo de prendas para los dos acusados (los documentos de encargo o los tiques de venta), la confección de las prendas de vestir, su envío a Valencia y el pago de las mismas por personas distintas de los acusados.

También cree que hay evidencias de que las compras de prendas para cargos públicos valencianos fueron "disfrazadas" con conceptos falsos para ocultar los destinatarios de las mismas, pero los pagos por cheques o transferencias "han dejado rastro" y "los importes coinciden".

La acusación popular ha culpado a los acusados de haber mentido al jurado que les juzga, ya que considera probado no pagaron "absolutamente nada" de las prendas de vestir que se le imputan como regalos de la trama "Gürtel".

Según el letrado Virgilio Latorre, la red liderada por Francisco Correa abonó todos los trajes, americanas, pantalones y corbatas que adquirieron en las tiendas de Milano y Forever Young, y lo hizo como parte de una estrategia que le procuró decenas de contratos públicos de la Generalitat.

Esta es la principal conclusión del representante de la acusación popular, quien ha puesto "color" a la vista oral proyectando gráficos y vídeos en una pantalla, un método inédito que le ha servido para ilustrar con imágenes y declaraciones sus argumentos.

El letrado ha mostrado un gráfico para describir la "estructura piramidal" de la trama Gürtel, con sus tres principales cabecillas (Francisco Correa, Pablo Correa y Alvaro Pérez) y las empresas con las que operaron en la Comunitat Valenciana, que son Orange Market -creada expresamente para trabajar en esta región-, Servimadrid y Diseño Asimétrico.

Aunque este juicio se celebra únicamente para determinar si el expresident de la Generalitat y el exsecretario regional del PP aceptaron regalos en función de su cargo público, el abogado ha explicado el "modus operandi" de la trama, consistente en agasajar a miembros del Gobierno y dirigentes de partidos para obtener su favor en los concursos públicos.

El magistrado presidente de la sala, Juan Climent, ha llamado de nuevo la atención al expresident de la Generalitat Francisco Camps para que guardase silencio y ha expulsado de la sala a una mujer que se encontraba entre el público por realizar comentarios en voz alta.