Una presunta víctima de violencia de género ha relatado este jueves al tribunal que juzga a su ex pareja las múltiples ocasiones en las que intentó quitarle la vida, como un episodio en el que le instó incluso a matarla en su domicilio para evitar que su familia encontrara 15 días después su cuerpo podrido en un descampado.

Esteban Joaquín F.R. se ha sentado en el banquillo de los acusados por una ristra de delitos de violencia de género, entre ellos malos tratos, asesinato en grado de tentativa, conducción temeraria y allanamiento de morada. Se enfrenta a una petición fiscal de 24 años y cinco meses de cárcel, una solicitud sobre la que se pronunciará mañana la fiscal.

En su declaración, el procesado ha asegurado que no recordaba ninguno de los capítulos violentos que le ha recordado la fiscal, alegando que estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas. Además, ha negado que insultara o agrediera a su ex pareja, con la que mantuvo una relación desde 2005 hasta 2007.

Uno de los episodios olvidados por el procesado tuvo lugar el 16 de enero de 2008 cuando éste convocó a la mujer para acudir a su trabajo y darle un dinero que le debía, bajo la promesa de que se iba a vivir a Sevilla. Ya en el lugar, el hombre le convenció para que se trasladaran en su coche a una entidad bancaria.

"No paraba de decirme 'amor de mi vida'. De repente, tiró del freno de mano, se paró el coche, cogió un cuchillo y empezó a apuñalarme. Yo le decía: 'Joaquín, me matas'", ha recordado la víctima al tribunal y ha indicado que le apuñaló hasta diez veces en el corazón, pulmón y en el cuello, entre otros lugares.

Sin fuerzas para hablar, la mujer ha señalado que un vecino vio lo que pasaba en el interior del vehículo y logró evitar que el hombre siguiera con su ataque. Gracias a su intervención, la mujer fue trasladada al 12 de Octubre en un helicóptero y salvó su vida.

En otro de los episodios, el procesado accedió a la casa de su ex novia sin su permiso, encontrándole ésta cuando entró en su dormitorio. En ese momento, la cogió de los brazos, tirándola a la cama y diciéndole que con las pastillas que ella tenía se iban a matar los dos.

Según la víctima, le espetó: "si me matas, hazlo en mi casa y no en un descampado donde encuentren mi cuerpo podrido". Tras ello, logró huir y llegó a la calle, donde el hombre trató de perseguirla, interviniendo un vecino que paseaba por la zona.

En otro capítulo, el hombre trató de tirarla por un balcón de un hotel de Mallorca, donde se habían trasladado para tratar de salvar la relación, que estaba ya "muy deteriorada", según la víctima.

Además, la mujer ha relatado al tribunal que desde entonces su vida ha cambiado completamente, ya que debido a las puñaladas tiene parálisis de la cuerda vocal derecha y problemas para respirar, entre otras secuelas graves.