Las centrales nucleares españolas "disponen de estrategias" para hacer frente a los accidentes severos en sus reactores y en el edificio de contención, así como para la gestión de emergencias asociadas, concluye el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) en su informe preliminar sobre la resistencia de las plantas.

Según ha informado en un comunicado, el CSN ha enviado hoy a la Comisión Europea el informe preliminar de las pruebas de resistencia de las centrales nucleares españolas ante inundaciones, terremotos, accidentes severos o pérdida de energía eléctrica, tal como lo había requerido la Unión Europea a sus miembros tras el accidente de Japón.

No obstante, los titulares de las centrales, que han sido los encargados de llevar a cabo estas pruebas en España, tienen hasta el 31 de octubre para entregar el informe final.

De momento, el CSN ha resumido algunas de las conclusiones de ese informe previo en una nota remitida a los medios en la que considera "adecuados" los planteamientos presentados por los titulares de las plantas.

En lo que se refiere a la adecuación de la base de diseño de las centrales frente a inundaciones externas, el CSN afirma que el reactor Vandellós II, en Tarragona, "es el único cuyo emplazamiento está en la costa, si bien está a una cota superior a los 20 metros sobre el nivel del mar, y los niveles de inundación adoptados como base de diseño siguen siendo válidos".

Otra de las pruebas realizadas, la del margen de seguridad frente a sucesos que pudieran dar lugar a niveles de inundación por encima de las bases de diseño, como es el caso de una rotura de presas aguas arribas, ha concluido que "las presas resistirían los terremotos base de diseño sísmico", es decir el terremoto máximo que se considera que podría ocurrir en un determinado emplazamiento.

En lo que se refiere a los márgenes sísmicos disponibles en cada una de las presas y la posibilidad de rotura de las mismas, el informe determina que "los niveles de inundación que alcanzaría la central quedarían por debajo de la cota de explanación en la que está la central".

Ante el escenario más grave al que puede enfrentarse una instalación de este tipo, la pérdida total de alimentación eléctrica como ocurrió en Japón, el CSN apunta que los titulares "proponen medidas para reforzar la capacidad de respuesta de las plantas frente a dicho escenario".

Idéntico planteamiento ofrece en lo que se refiere a los accidentes severos en el reactor y el edificio de contención, y las emergencias asociadas: "Se revisarán y reforzarán las medidas ante accidentes severos, así como los recursos humanos y materiales necesarios para la adecuada gestión de emergencias".

En esa línea, el CSN dice que existe la propuesta de crear un "centro de apoyo común" para todas las centrales que "dispondría de medios humanos y materiales con capacidad de intervención en cualquiera de las centrales en un plazo máximo de 24 horas".

Al mismo tiempo, los titulares de las plantas identifican en sus informes "un conjunto de mejoras" que el CSN considera "positivas" para mejorar el mantenimiento de las funciones de la refrigeración del núcleo y de la integridad de la contención en situaciones de accidentes severos.

En cuanto a los sistemas de refrigeración de la piscina de combustible gastado y las estrategias existentes para hacer frente a una pérdida de dicha refrigeración, así como los aspectos relativos a la pérdida de blindaje radiológico que supondría un descenso del nivel de agua en las piscinas, el Consejo indica que "se proponen mejoras".

A la espera de las conclusiones finales, el CSN estima que los titulares de las nucleares han cumplido en su informe preliminar las especificaciones exigidas por la Unión Europea y los organismos internacionales, y estima que las descripciones y valoraciones realizadas son "correctas", aunque "se han identificado aspectos en los que la información deberá ser completada".