Los colectivos integrados en el movimiento pacífico "Democracia real ya" continúan con las protestas en una treintena de ciudades, mientras esta tarde el juez ha puesto en libertad a dieciocho de los detenidos en los incidentes que tuvieron lugar tras la manifestación del pasado 15 de mayo en Madrid.

Esta manifestación y el resto de concentraciones por toda España suponen la cristalización de un movimiento heterogéneo, formado por colectivos que reúnen a grupos diversos al margen de cualquier ideología o partidismo y que tienen como denominador común su indignación contra la clase política y las grandes corporaciones.

Madrid, con 25.000 personas según los convocantes, así como Barcelona y Valencia fueron el escenario ese día de las concentraciones más numerosas, en las que no se exhibieron símbolos políticos o sindicales y en las que se exigió un cambio político y social ante la crisis del modelo actual.

Los convocantes consideran que el origen de estas manifestaciones está en la movilización ciudadana a través de las redes sociales, que ha servido para articular el "descontento con los políticos y las instituciones en una situación de crisis y de recortes del Estado del Bienestar, los derechos sociales y los servicios públicos".

Más de 13.000 personas, según consta en su página web, han firmado el manifiesto de "Democracia real ya", que se autoproclama como "movimiento pacífico".

Entre las más de doscientas asociaciones que se han unido a la plataforma hay colectivos que reúnen a parados, autónomos, estudiantes, jubilados, asociaciones de vecinos y organizaciones como Ecologistas en Acción, Afectados por la Hipoteca, Intermón-Oxfam o No Les Votes.

En el manifiesto se definen como "personas normales y corrientes", algunos con ideologías y otros no, pero "preocupados e indignados" por el panorama político, económico y social, así como por la corrupción y por la indefensión del ciudadano de a pie.

Para ellos, las prioridades de una sociedad avanzada deben ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas. El manifiesto concluye con la frase: "Por todo lo anterior, estoy indignado".

Precisamente, el libro que lleva por título "Indignaos", escrito por Stéphane Hessel, un veterano de la resistencia francesa, fue publicado en febrero en España y se ha convertido en un insólito fenómeno de ventas en Francia.

En él Hessel invita, sobre todo a los jóvenes, a cambiar la indiferencia por la "insurrección pacífica" y a "no claudicar por la dictadura actual de los mercados financieros que amenaza la paz y la democracia".

"Indignaos" fue prologado en España por el escritor, humanista y economista José Luis Sampedro, quien llama a "no sucumbir bajo el huracán destructor del consumismo voraz y de la distracción mediática mientras nos aplican los recortes".

Sampedro, que envió una carta y un vídeo de apoyo a la manifestación del 15 de mayo, también participa en "Reacciona", un libro en el que personalidades de la cultura, la justicia, el periodismo o la ciencia española ofrecen sus alternativas a la crisis y abogan por que los ciudadanos dejen de ser súbditos del mercado.