Las fuerzas leales a Muamar Gadafi que mantienen retenido al fotoperiodista español Manu Brabo desde el pasado 5 de abril le trasladaron hace unos 12 días del centro de detención en el que se encontraba en Trípoli a unas nuevas dependencias donde es tratado de forma "digna", han informado a Europa Press fuentes diplomáticas.

Esas instalaciones no son ni una cárcel ni un centro de detención, han precisado las fuentes, que han rehusado aportar más detalles al respecto.

El encargado de negocios de la Embajada española en Trípoli, Diego Ruiz, enviado de vuelta a Libia para centrarse exclusivamente en la liberación del fotógrafo gijonés, logró finalmente el lunes pasado que le autorizaran a visitar a Brabo en estas nuevas dependencias.

Ruiz tiene además el visto bueno de las autoridades que mantienen retenido a Gadafi para volver a visitar al fotoperiodista, han añadido las fuentes.

El padre de Brabo, Manuel Varela, ha celebrado en declaraciones a Europa Press la visita de Ruiz a su hijo, que se encuentra "bien" y "más animado" al constatar que hay un representante del Estado español dedicado exclusivamente a obtener su libertad.

El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación se puso en contacto con la familia de Brabo nada más terminar la visita de Ruiz para informarles de cómo le habían encontrado, ya que sus padres no han vuelto a hablar directamente con su hijo desde la conversación telefónica que mantuvieron a mediados de abril.

La jefa del departamento, Trinidad Jiménez, ha esperado en declaraciones a los medios de comunicación desde Estambul que la liberación del fotógrafo pueda producirse "lo antes posible" y ha celebrado asimismo que las últimas gestiones de la diplomacia española hayan dado sus "frutos".

El régimen de Gadafi justifica la retención de Manuel Varela de Seijas Bravo, que firma como Manu Brabo, en un centro de detención en Trípoli por la entrada del profesional en Libia sin el visado correspondiente.

El Gobierno español ha tratado hasta ahora sin éxito de convencer al régimen de Gadafi de que proceda entonces a expulsar del país a Brabo, pero que no le mantenga retenido en un centro de detención.

Mientras la liberación del gijonés no llega, el diplomático español enviado a Trípoli, Diego Ruiz, se centraba en convencer a las autoridades del régimen de que permitiera visitarle en el centro con el objeto de hacerle llegar artículos de primera necesidad que pueda necesitar e infundirle ánimos, lo que finalmente logró el lunes.