Conducir un vehículo con mucho calor dentro del habitáculo puede aumentar el riesgo de accidente un 11 por ciento si se superan los 27 grados y hasta un 22 por ciento, en caso de que la temperatura aumente por encima de los 32 grados, según un estudio hecho público por Hella, proveedor integral de la industria del automóvil.

El riesgo del calor dentro del coche es que acentúa la sensación de fatiga, disminuye el estado de alerta y concentración y aumenta el tiempo de reacción ante cualquier imprevisto en la carretera. Además, la humedad puede empañar los cristales y provocar problemas de visibilidad o, incluso un aire demasiado seco, afectar a la mucosa ocular, generando picor e irritación que pueden perturbar la conducción.

También es importante prevenir posibles reacciones alérgicas provocadas por la presencia de microorganismos que suelen instalarse en evaporadores y filtros de aire sucios.

Por este motivo, el experto en climatización Behr Hella Service llama la atención sobre la importancia de, antes de emprender un viaje, poner a punto los sistemas de aire acondicionado ya que, además de ser elementos de confort, son parte activa de la seguridad del vehículo, por lo que siempre deben comprobarse el compresor, el condensador, el evaporador y la válvula de expansión del sistema de aire.

Asimismo, aconseja la sustitución de los filtros de aire cada 15.000 kilómetros, de forma que el polvo, el polen y el hollín del aire exterior se filtren adecuadamente, evitando incrustaciones de suciedad en el motor del ventilador, así como posibles y costosas averías como consecuencia del sobreesfuerzo mecánico.