Miwa Buene, el ciudadano congoleño que quedó tetrapléjico tras un ataque racista, ha afirmado sentirse "contento" por la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, que condena a 10 años a su agresor, y ha destacado que el fallo debe ser "una lección para que no se repita" lo que le han hecho a él.

"La condena que ha caído a Roberto -el agresor- debe ser una lección para otras personas", ha insistido Miwa durante la rueda de prensa que ha concedido junto a su mujer, Mirella, y el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, tras haberse hecho pública la sentencia.

Además, Miwa ha considerado que dejar a su agresor en la calle o con una condena menor, la cual no hubiera contemplado el agravante de racismo, hubiera "levantado" a otras personas a realizar ese tipo de acciones violentas y xenófobas.

"Han sido tres años y medio de lucha hasta llegar aquí", ha comentado Miwa, que ha reconocido que no siente rencor hacia el agresor, aunque si éste le hubiera pedido perdón en el juicio no se lo hubiera concedido.

"Yo esperaba el perdón" en el juicio, ha declarado Miwa, quien ha concluido que si el condenado no lo hizo fue porque era una forma de negar lo que había hecho en la mañana del 10 de febrero de 2007, cuando Roberto le pidió tabaco y al decir que no le insultó llamándole "puto negro", "puto mono" a la salida de un bar de copas de Alcalá de Henares.

Ibarra, que ha manifestado que dejar tetrapléjica a una persona es la "peor condena", ha adelantado que no va a recurrir la sentencia, aunque se haya rebajado su petición de pena de doce a diez años, ya que el fallo explica que la agresión tuvo el agravante racista y de alevosía, y que recoge una gran "pedagogía social" en contra de la intolerancia.

En la Fundación de Lesionados Medulares de Madrid, donde actualmente reside, Miwa se ha mostrado esperanzado por el futuro e Ibarra le ha invitado a que forme parte como "activista" del Movimiento contra la Intolerancia.

"Miwa y Mirella sólo pedían justicia, que se aplicara con rigor las leyes y que hubiera reparación de una situación difícilmente reparable", ha resaltado Ibarra, quien ha especificado que desde 1995 ésta es una de las aproximadamente diez sentencias que han recogido en España el agravante del racismo en un delito.

El presidente del Movimiento contra la Intolerancia, asociación que se presentó en el juicio como acusación popular, ha aseverado que no tiene miedo a que la defensa recurra el fallo acogiéndose en el voto particular de un magistrado, que ha sentenciado que la pena debería haber sido menor porque el agresor no pudo haber previsto las consecuencias de su acción.

Respecto a que Roberto Alonso se haya declarado insolvente sobre la indemnización de un millón y medio de euros, Ibarra ha señalado que tanto en la cárcel como cuando salga, "tendrá que dedicar parte de su vida a reparar su daño".

Precisamente Mirella, quien ha admitido que todavía no ha admitido lo que le ha pasado a Miwa, ha mostrado su preocupación por el futuro familiar, ya que tienen dos hijos menores de edad y solo viven de la pensión de él y de los trabajos de ella.

Miwa, que ha salido de la sala acompañado de los aplausos de los numerosos medios de comunicación que han acudido a la convocatoria, ha agradecido junto a Ibarra el apoyo que se ha dado a su caso en la prensa y se ha mostrado esperanzado en un nuevo tratamiento hormonal para su mal que se está experimentando en el Hospital de Tetrapléjicos de Toledo.