La banda terrorista ETA ha decidido explorar y sacar provecho de un nuevo ámbito de actuación: el de las víctimas abertzales. Así se desprende de documentos incautados recientemente, que revelan que la organización terrorista ha ordenado a la izquierda abertzale crear su propia asociación de víctimas, montando la estructura y lanzando un manifiesto fundacional. Pretenden contrarrestar la presión de la AVT de cara a una hipotética negociación con el Estado y para ello quieren legitimar y equiparar a sus víctimas con las que la propia banda ha provocado.

Para lograr estos objetivos, la banda tiene muy avanzada ya la planificación de quiénes formarían parte de esa organización de víctimas abertzales, de cómo debe ser la estructura y hasta cuánto dinero es necesario para pagar sufragar ordinario de la misma. Incluso prevén contar con subvenciones públicas para financiarla.

Según los datos a los que ha tenido acceso Europa Press, ETA considera que la 'nueva organización de víctimas' debería tener una composición "ideológicamente plural" en la que se incluirían varios tipos de víctimas.

Por un lado, la organización terrorista quiere integrar a los familiares de militantes de ETA, de los Comandos Autónomos Anticapitalistas, o de Iraultza --una organización terrorista surgida a princios de los ochenta y que centraba su actividad en intereses económicos de la llamada oligarquía vasca--, que hubieran fallecido mientras se encontraban participando de las actividades de la organización, o estando en prisión por suspuestos malos tratos. En este cupo también incluyen a los familiares de los que han fallecido estando huidos en otros países, deportados o desaparecidos.

FAMILIARES DE MUERTOS DE ETA Y VICTIMAS DEL GAL

ETA quiere contar también en esta asociación con las familias de las víctimas de organizaciones como los GAL, la Triple A, los Guerrilleros de Cristo Rey o el Batallón Vasco Español o de lo que ellos denominan "incontrolados uniformados".

Un tercer grupo de candidatos a formar parte de la nueva estrategia de ETA serían los familiares de personas que murieron o resultaron heridos por la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en manifestaciones, controles u otro tipo de movilizaciones.

La banda no incluye aquí a los familiares de los presos de ETA o de los que califican como "refugiados", ya que consideran que la nueva organización debe ser compatible con Askatasuna y con Etxerat, que ya existen y cuentan con una organización y dinámica propias.

QUIEREN CARAS VISIBLES CONOCIDAS PÚBLICAMENTE

Pero lo que sí hacen los terroristas es encargar a los dirigentes de Askatasuna la creación de la nueva organización de víctimas, que pasaría a formar parte de la estructura del Movimiento Pro Amnistía y orgánicamente se encuadraría en la izquierda abertzale.

Para ello, les dan unas directrices en cuanto a estructura y funcionamiento se refiere. Así, ETA pide que se constituya mediante un "manifiesto fundacional", partiendo de una base de datos en la que se incluya a todas las víctimas que hayan sido seleccionadas.

Los terroristas quieren una organización "sencilla" y que cuente con un coordinador general que se encargue de gestionar las actividades de la organización y de llevar las relaciones institucionales de la misma. También deberá contar con un portavoz, así como con responsables provinciales y una asesoría legal. En cuanto a las personas destinadas a ser las caras visibles de la nueva organización, proponen que se trate de gente conocida públicamente y pone como ejemplo familiares de víctimas del GAL como Lasa y Zabala.

PREVEN GASTAR 43.000 EUROS AL AÑO

La planificación que ha realizado la banda está tan avanzada que incluyen ya realización de dos asambleas generales cada año y hasta lo que costaría financiar la nueva organización. Para esto último han calculado que serán necesarios 43.000 euros al año, destinados a pagar los sueldos de dos liberados, la sede social y otros gastos.