Los hombres que matan a sus parejas o ex parejas ni están locos, ni son drogadictos o alcohólicos, sino que actúan con premeditación y plena conciencia, y son extremadamente violentos, según un estudio del Grupo de Expertos en Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ);.

Tras analizar 147 sentencias sobre violencia machista, dictadas por los tribunales del jurado entre 2001 y 2005, el estudio concluye que el alcohol, las drogas o las alteraciones psíquicas sólo han sido atenuante del delito en el 3,4 y el 5,4 por ciento de los casos, respectivamente.

El estudio concluye que el maltratador suele ser un varón extremadamente violento, de entre 30 y 45 años, que actúa con premeditación y plena consciencia y que suele agredir a la mujer por la noche, especialmente entre las nueve y las dos de la madrugada, una franja horaria que acumuló el 35 por ciento de los homicidios.

El 94,4 por ciento de los asesinatos fueron cometidos por hombres y sólo el 5,51 por ciento restante los llevaron a cabo mujeres.

De las 147 sentencias analizadas, sólo una absolvió al acusado -no se demostró su participación en los hechos-, es decir, que el 99,32 por ciento de las sentencias condenaron al acusado.

Por nacionalidades, siete de cada diez homicidas eran españoles y el 26,9 por ciento extranjeros, casi la misma proporción que entre las víctimas (70,4 por ciento españolas y 29,5 por ciento extranjeras);.

En ocho de cada diez asesinatos, el agresor utilizó un sólo procedimiento de ataque (puñaladas, por asfixia o tirando a la víctima por un balcón); y en el 26,1 por ciento restante combinó dos y hasta tres tipos de agresión para acabar con la víctima.

Además, según el CGPJ, en 55 de los 147 homicidios analizados, el agresor utilizó sus propias manos y mató a su víctima estrangulándola o con objetos contundentes, precipitación, sumersión.

En cuanto al grado de violencia, el informe de los órganos judiciales explica que en los casos en los que se ha asesinado con un arma blanca, el autor apuñala una media de dieciséis veces, lo que denota "brutalidad de la acción" un elevado nivel de violencia en la ejecución de los hechos, destaca el informe.