Centenares de elefantes mueren cada año de sed. Los hechos se están produciendo en la frontera entre Zimbabue y Botsuana. Sin embargo, se trata de algo generalizado en toda África. El problema es la sequía tan grave que, desde hace meses, se está padeciendo en la zona. Los nacimientos de los ríos se están secando y los animales perecen sin encontrar agua que beber. La población de elefantes se ve azotada cada año por peligros tan graves como la caza ilegal realizada por furtivos o la deforestación del territorio. A los anteriores, ahora, se suma también la falta de agua. Si no se toman medidas urgentes para su protección, la población de elefantes africanos viviendo en libertad podría acabar desapareciendo sin remedio.