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Si ellos hablaran

Serpientes peludas o mentiras con patas

Serpientes peludas o mentiras con patas

Han escuchado hablar alguna vez de serpientes peludas? Aunque solo los mamíferos tienen pelo, son muchos los que aseguran haberlas visto.

Se refieren a ellas como largas serpientes que se deslizan a gran velocidad ¿Su principal característica? El manto velloso que cubre todo su cuerpo.

En América, por ejemplo, afirman que cuando una de estas fija su vista en ti, te mata con la fuerza de su mirada. Además, cuentan por docenas los casos de ataques de las mismas. Su proceder siempre sería idéntico. Se arrastrarían silenciosamente y, en el momento preciso, se abalanzarían sobre el cuello de sus víctimas estrangulándolas sin remedio.

Tampoco faltan aquellos que las sitúan cerca de mujeres lactantes. Según los mismos, las serpientes reptarían hasta ellas atraídas por el olor de la leche materna y, mientras éstas duermen, mamarían sigilosamente de sus pechos. Para rematar la faena y pasar desapercibidas, mientras tanto introducirían en la boca de los bebés su cola a modo de chupete. Sin comentarios.

Sin embargo, recientemente el catedrático de ciencias naturales Miguel del Pino ha explicado que ese animal de pelo negro que ven arrastrarse por el campo como si fuera una serpiente, en realidad, no lo es. En su opinión, podría tratarse de un «meloncillo», una especie de mangosta europea, de cuello y cabeza del mismo grosor. La afirmación se basaría en la forma en la que se desplazan durante la época de cría. Normalmente, la madre se pone al frente de la expedición y sus crías, en fila india, la siguen pegadas con el morro de cada una de ellas metido bajo la cola de la anterior. De esa forma, parecerían una gran serpiente peluda que se desliza sinuosa por el campo.

Respecto a la teoría de la mirada penetrante, hay que resaltar que los ojos del «meloncillo» son helados y muy inquietantes aunque, evidentemente, no matan a nadie. El resto de cuestiones son más sencillas de explicar ¿Podría atacar una serpiente a un niño? La verdad es que sí y, si tiene hambre, comérselo también. Ahora bien ¿podría, sin que ésta se entere, mamar de los pechos de una mujer? Eso ya lo veo más difícil, por no decir imposible. En cualquier caso, lo que está claro es que en el mundo de los animales hay ciencia y evidencia pero, también, todavía mucha creencia.

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