El confinamiento humano en la Comunidad Valenciana atrae a algunas especies de la fauna valenciana a tomar las calles en busca de alimento. No hace mucho observé por las aceras del jardín de las "Alameditas de Serranos" unas gaviotas posadas. Nunca las había visto posadas sobre la acera de la calle. Pero se hacen oportunistas para la búsqueda de alimento. Toda esta tranquilidad puede atraer a más fauna, tanto urbana como silvestre. Incluso no se descartaría que -debido a la tranquilidad existente-, se presentara algún ofidio como la culebra de escalera, cuya denominación científica es Rhinechis scalaris. Este colúbrido se denomina así debido a que cuando es joven es blanco y negro, y presenta -dorsalizando la espina del mismo nombre-, unas líneas discontinuas de color negro que literalmente parece que tiene la forma de una escalera. Posteriormente, cuando es adulta -gradualmente- esa línea discontinua en forma de escalera se va convirtiendo en dos líneas negruzcas de color negro que recorren la espina dorsal con el fondo de color marrón. De ahí, el origen de su denominación común. Esta especie de ofidio está provisto de dentición "aglifa", lo que significa que es inocuo, inofensivo. Tiene la fama de ser el ofidio más agresivo de las serpientes españolas pero afortunadamente no es peligrosa. Otros ofidios que podrían presentarse por las calles, por ejemplo son: la culebra bastarda, cuya denominación científica es Malpolon monspessulanus. Se trata de una serpiente opistoglifa, lo que significa que está provista de glándulas venenosas y que cuando captura a un ratón tiene que fagocitarlo bastante para inocularle veneno. El veneno es de baja toxicidad. Esta culebra es de color verde, también llamada la gran culebra verde por el tamaño de su cuerpo. Puede llegar a alcanzar una longitud de unos dos metros. Hace varios años, estando en la Sierra de Espadán, vi a este ofidio, cometí la imprudencia de cogerlo, y me mordió en un dedo. Como me mordió poco, no pudo inocularme veneno y, es más, sabía de qué especie se trataba. No me sucedió nada. Tengo que decir que a veces la gente dice: me ha picado un serpiente. Esta expresión no es correcta. Las serpientes no pican, lo que hacen es morder.

Tampoco sería de extrañar que aparecieran de forma ocasional algún mamífero, cánido como el zorro (Vulpes vulpes) o incluso algún carnívoro de la familia de los vivérridos como alguna gineta (Genetta genetta). Pueden entrar en nuestra ciudad o pueblo de manera ocasional para la búsqueda de alimento. Por ejemplo, las liebres son fitófagas. Este término científico significa que se alimentan de vegetación, pero cuando su alimentación se ve restringida, pueden hacerse carnívoras ocasionalmente.

Por lo demás, como todos sabemos, jabalíes (Sus scrofa) o corzos (Capreolus capreolus), al no encontrar en su hábitat alimento se dirigen hacia las cercanías antrópicas y más adentro, en núcleos urbanos para obtener alimento. En toda España se ven jabalíes acercándose a las poblaciones antrópicas para buscar su sustento. La proliferación de los jabalíes se debe a que no tienen depredadores como el lobo ibérico (Canis lupus signatus) que es presencia histórica. El nombre científico del lobo ibérico significa lobo cánido y un signo que presenta debajo de las patas (signatus).

Tampoco nos extrañe poder avistar algunos anfibios como ranas comunes (Pelophylax perezi), o sapo común (Bufo spinus). Este último tiene el cuerpo provisto de unas glándulas paratoideas situadas en ambos lados de la cabeza, y otras verrugosas diseminadas por toda su anatomía. En caso de manipularlo, después se debe uno lavar bien las manos.