La crisis que estamos sufriendo es tan grave, que está afectando de forma negativa a todas las especies que habitan el planeta. Pero como dentro de dichas especies hay una jerarquía evidente, donde unos animales son tratados mejor que otros, también eso supone una mayor o menor probabilidad de garantías a la hora de asegurar su bienestar. Dentro de los animales peor tratados socialmente, encontramos a las aves urbanas, como las palomas, gorriones y cotorras argentinas por ejemplo. Si ya muchos ayuntamientos han iniciado un plan de exterminio de estas maravillosas aves, está claro que ahora no van a pensar en ellas y en cómo les afectará la crisis para intentar ayudarlas.

Por eso, esa labor una vez más nos corresponde a los ciudadanos particulares y quedará supeditada a nuestro nivel de conciencia y empatía hacia los más vulnerables. Las aves urbanas dependen del ser humano para sobrevivir, puesto que hemos acabado con las zonas verdes, hemos inundado sus espacios con insecticidas y hemos arrasado con su hábitat en definitiva. Ellas, para sobrevivir, han tenido que aprender a buscarse la vida y a alimentarse de la basura que echamos las personas, principalmente en parques, bares y terrazas. Debido al confinamiento, ahora mismo no tienen comida de la que alimentarse y se encuentran desesperadas por las calles, peleándose por una miga de pan.

La crisis nos debe ayudar a empatizar con los que sufren, puesto que nosotros mismos lo estamos haciendo, y ayudarles en lo que esté nuestra mano.

Por eso, es muy importante para ellas, que cuando tengas que salir a la calle, eches un poco de alimento apto para aves hasta que pase la crisis y les ayudes a sobrevivir aliviando su hambre voraz.

Debemos entender que ningún dolor es superior a otro, y que a pesar de que ahora mismo la prioridad es la crisis sanitaria, porque es lo más urgente que debemos resolver, determinados actos pequeños que nos cuestan nada y que no ponen en peligro nuestra salud, van a hacer que esos pequeños seres en los que nadie piensa, sean tratados con respeto y dignidad, que es como merecemos ser tratados todos sin distinción.