Un cachorro en un contenedor de vidrio. De todos los casos de maltrato que uno puede encontrarse, existe uno que se produce con mayor frecuencia de la que pensamos y que es, absolutamente, aberrante. Se trata de aquel que se produce cuando alguien, a modo de gamberrada, decide arrojar a un cachorro de perro o gato en el interior de un contenedor de reciclaje de vidrio. Por un lado, está el trauma que causa al animal al verse solo y encerrado allí. Y, por otro, la posibilidad de que, encima, se corte con alguna botella que pueda estar rota en el interior. Recientemente los bomberos de Tenerife sacaron a un cachorro de perro del interior de uno de ellos.