En un zoo de Francia, unos desaprensivos dibujaron sobre la piel de dos rinocerontes sus nombres. Para ello usaron un palo o un hierro con el que arañaron su piel, dejando una especie de tatuaje sobre ésta. Los responsables del centro han explicado que, probablemente, aprovecharían para hacerlo alguno de los momentos en los que los rinocerontes se aproximaron a los laterales de su recinto. Aunque no ha habido daños importantes dado el grosor y dureza de su piel, el zoo ha decidido instalar una cámara para evitar que una salvajada de este tipo pueda volver a suceder.