Lavaderos de conciencia. Desgraciadamente, los albergues de animales lo son para muchas personas que, si no pueden tener a un animal, lo llevan a uno de esos centros. En realidad, si los perros y los gatos fueran sillas tendría su lógica, pero los animales son seres vivos muy especiales con un componente emocional infinito. Dejarlos en un albergue no es solución. Si no puedes seguir teniéndolo debes buscarle una nueva y buena familia. Los albergues de animales deben existir solo para aquellos delincuentes que los abandonan en la calle, a los que habrá que perseguir duramente, y para aquellos casos excepcionales en los que, de verdad, el animal no puede seguir en la casa -fallecimiento de la familia, ingreso hospitalario, malos tratos, etcétera.