ás de un centenar de fotos sin trucar y, atención, más de dos mil personas afirman haber visto al famoso monstruo del lago Ness. Una de las más recientes ha sido una niña que, al comprobar la imagen del un selfie que se realizó a orillas de dicho lago, ha descubierto cómo, en la misma, aparece de nuevo el famoso animal.

Ahora bien ¿Es realmente un monstruo? ¿Quizás un animal prehistórico que aún vive allí? ¿O solo un fraude?

Para empezar el lago Ness es casi un inmenso y profundo mar de agua dulce cerca de la ciudad de Inversess, en Escocia. Y sabemos que en algunos mares cercanos vivieron durante el jurásico los pleisiosaurios, una especie de reptiles marinos parecidos a los dinosaurios, que acabaron extinguiéndose hace 175 millones de años. Cierto es que la imagen que siempre se maneja del monstruo del lago Ness se parece mucho al aspecto de este animal y, también, que hay quien afirma que algunos de estos animales podrían haber quedado atrapados en dicho lago durante las glaciaciones.

Pero, pese a ello, aun siendo así, ¿parece razonable que hayan podido sobrevivir durante tantos años y, encima, haberse reproducido una y otra vez en el mismo lago? La respuesta es obvia.

Quizás por eso, algunos estudiosos apuntan a razones más mundanas. Unos defienden, por ejemplo, que podría tratarse de esturiones, dado que, al fin y al cabo, estos pueden llegar a medir más de cuatro metros de largo.

Otros, sin embargo, creen que pudieran ser más bien lampreas o anguilas por la forma en la que éstas nadan. Pero no faltan, también, los que afirman que se trata de siluros, unos peces gigantes de agua dulce que, aunque son más propios de Asia, podrían haber encontrado allí un nicho adecuado para vivir. Por último, no quisiera olvidar a otros irreductibles que defienden que debe tratarse de algún animal desconocido que pasa del lago al mar y viceversa, por alguna de las galerías que los comunican.

En resumidas cuentas. Primero, que existe algún animal en el lago Ness que, desde hace siglos, está alimentando todo tipo de teorías. Segundo, que, sin buscarlo ni pretenderlo, su última aparición ha sido en la foto de una niña cuando se realizaba un selfie. Y, tercero, que, lo único claro sobre este animal, es que no hay nada claro.