Me gustaría hoy compartir con ustedes algunas mentiras. Al fin y al cabo, todos sabemos que en cada campaña los políticos nos cuentan un bulo aunque, en realidad, lo que quieren es darnos por€ Ahí van algunas:

«Si algo les preocupa a nuestros políticos, somos nosotros y nuestros animales. Se matan por servirnos. Jamás piensan en ellos mismos. Lo harían todo a cambio de nada. Su único objetivo es ayudar

¿Que a veces parece que solo piensan en ellos y que solo ponen en marcha proyectos que beneficien a su entorno? Quizás, pero no es por mala fe. Lo hacen por generosidad. Sí, les da pena no ayudar a su gente. Les entristece no enchufar a familiares y amigos. Les deprime no impulsar proyectos generadores de suculentas comisiones pero, cuidado, no se equivoquen, no lo hacen por corrupción ni avaricia. Es su forma de distribuir riqueza entre compañeros y afines.

Respecto a los animales, como siempre, prometen y prometen de todo.

Dicen desde hace años que bajarán el IVA de los servicios veterinarios para que la salud de los animales no sea un lujo pero, en la práctica, no lo hacen. Afirman que cambiarán las leyes para protegerlos más y que castigarán duramente al que los abandone o maltrate aunque, en realidad, siguen sin dedicar medios ni ganas a perseguirlos, por lo que la impunidad campa a sus anchas. Nada cambia. Esa es la verdad. Pero, por favor, no crean que no realizan lo prometido por engaño o desidia. Es, simplemente, por olvido. Los políticos traen de nacimiento una frágil y selectiva memoria. Se olvidan de todo lo que prometen y dicen, si a cambio de cumplirlo, nada personal consiguen.

Sin embargo, lo que más me apena es lo mal que andan todos en matemáticas. Da igual que sean reconocidos economistas. Es horrible. No saben sumar ni restar. Solo así se explica que en campaña nos digan que habrá dinero para todo pero que, tras las elecciones, nunca haya dinero para nada ¡Qué pena!

En fin, supongo que es ley de vida. Por eso, cada vez que hay elecciones, nuestros queridísimos políticos se presentan de nuevo ante nosotros. Nos miran a los ojos. Nos prometen la luna. Y, de nuevo, nos cuentan un bulo, aunque ya sabemos que, en realidad, lo que quieren es darnos por... Perdón por la rima».