Comenzamos un nuevo curso, una nueva temporada, como queramos llamarlo, y por qué no planteárnoslo como una oportunidad de introducir la educación en la empatía, en el respeto a los animales.

La educación es una herramienta muy valiosa para acabar con conductas o comportamientos que causan daño a los animales, es una forma de prevención, de concienciación. La educación en valores de respeto a los animales, dentro de colegios e institutos se plantea como una oportunidad para extender ese respeto a los iguales, palía o evita situaciones de acoso escolar según numerosos estudios, porque no sólo supone la sensibilización de los jóvenes hacia lo que sienten los animales, sino que se extiende al respeto de sus iguales.

El planteamiento de esta formación, a mi juicio, no solo debe extenderse hacia la concienciación y el respeto de los animales, sino que debe incluir la concienciación sobre lo que implica el cuidado y tenencia de un animal, la situación de los animales en nuestro país, el trato que se les da, y las consecuencias que tienen los comportamientos que atenten contra la vida o integridad de un animal.

Desde hace años, algunas entidades de protección animal acuden a centros de enseñanza para concienciar sobre los derechos de los animales, los cuidados que implica su tenencia y explicar la situación o el maltrato que estos sufren en algunos lugares de nuestro país. Actualmente, existen otras iniciativas o programas quizás más exhaustivos, que cuentan con el beneplácito de las administraciones competentes en materia de educación y que pretenden acercar a nuestros jóvenes ese respeto por los animales.

Debemos plantearnos la oportunidad de concienciar a los más jóvenes, extender las raíces del movimiento de respeto a los derechos de los animales, como forma de luchar por una sociedad más justa, más respetuosa e igualitaria.