Sin duda, algo que me llama poderosamente la atención como psicóloga, es la incapacidad de muchísimos seres humanos a la hora de ponerse en el lugar de un animal que está enjaulado durante toda su vida, sin entender que es una forma muy grave de maltrato. Personas que dicen en teoría querer mucho a ese animal al que literalmente secuestran, además casi siempre pagando por él y comercializando con su vida (hecho también bastante significativo) y que además así lo expresan cuando les pasa algo y sin embargo, piensan que un ser vivo puede ser capaz de tener una vida digna, encerrado entre unos barrotes. Si hasta en el caso de los seres humanos los que son encerrados como castigo con penas privativas de libertad, tienen la opción de salir de la celda y moverse, porque sino sería considerado tortura, cómo podemos esperar que para los animales sea diferente? Cada vez que veo un pájaro encerrado durante toda su vida en una jaula diminuta, sin relacionarse muchas veces con otros seres de su misma especie, sin cubrir ninguna de sus necesidades psicológicas, afectivas o emocionales, simplemente porque a las personas les gusta verle ahí dentro, me parece algo tremendamente difícil de entender para cualquier persona con un mínimo de empatía y muy tóxico para el que lo hace.

Animales que han sido creados con alas y que se les condena a no poder volar jamás. Es uno de los actos más egoístas que existe por parte del ser humano, pero lo que es aún más llamativo es que esas personas que los tienen y quieren no sean capaces de ver y entender que ese animal está sufriendo, privado de todos sus derechos, solamente para que ellos les puedan mirar o escuchar€ De hecho, debido al sufrimiento que soportan, es común encontrarse animales con problemas de conducta y estereotipias, como por ejemplo los que se arrancan las plumas.

Si amas a los animales no los hagas sufrir. Si te gustan los pájaros admira su vuelo en libertad y escucha su canto, sabiendo que tú no le estás robando su dignidad.