Mi perro tiene pánico al agua. En cuanto intuye que vamos a bañarlo se esconde y no vuelve a aparecer. Es un problema porque ni siquiera nos deja asearlo. Se pone a temblar y parece que vaya a darle algo. ¿A qué se puede deber?

A los perros suele gustarles, en general, el agua y la sensación de mojarse. Sin embargo, existen algunos que, por algún motivo, la odian. El origen de dicha conducta, a menudo, está en algún episodio traumático que ha podido sufrir con el agua a lo largo de su vida. Si el animal, siendo cachorro, ha sido obligado a bañarse cuando no quería, se le ha irritado con jabón en los ojos o en la boca o, incluso, ha estado a punto de ahogarse al caer en una piscina, el rechazo para el resto de su vida está asegurado. No obstante, otras veces se debe, simplemente, al miedo propio de no controlar una situación y depender de otros. El animal se encuentra durante el baño sometido a unos estímulos que para él son negativos, lo que aumenta aún su rechazo. Para evitarlo, lo mejor siempre es la paciencia y el cariño. Intenta lavarlo suavemente, con agua templada, y siempre dejando que respire y que vea todo lo que ocurre. El baño debe ser lo más relajante posible Eso, en parte, le ayudará a mitigar la sensación de ansiedad que padece.