El mayor error, bajo mi punto de vista, que comete el ser humano es el de separar o diferenciar cosas que están relacionadas, ya que en realidad todo y todos estamos conectados. La mayor parte de la gente no es consciente de la interrelación que tiene nuestro comportamiento a todos los niveles, tanto personal como social, y el impacto de nuestra actitud a la hora de desarrollar o prevenir conductas futuras tales como la violencia. Como profesional que lleva trabajando desde hace 16 años en dicho ámbito, puedo afirmar que cada comportamiento o actitud, por pequeños que sean o insignificantes que nos parezcan, objetivamente tienen un impacto positivo o negativo para erradicar la más terrible lacra social existente, la violencia. En relación a lo comentado anteriormente, es muy importante tener en cuenta que la protección animal es un factor muy importante a la hora de prevenir el desarrollo futuro de conductas violentas o antisociales. Este hecho es debido a las cualidades psicológicas y competencias emocionales que se asocian a la protección animal, tales como la empatía, la solidaridad, la tolerancia, el respeto, la igualdad, etc. En definitiva, los comportamientos sociales proactivos serían una especie de «vacuna» a nivel psicólogico de desarrollar conductas antisociales y por eso se les considera un factor de protección de la violencia. Es decir, ser una persona que colabora de forma activa ayudando a los animales es una característica que disminuye la probabilidad de que desarrolle comportamientos violentos en el futuro, no solo hacia los animales sino hacia las personas también.

Gracias a dichas cualidades, adquirimos un compromiso en relación al cuidado de los demás tremendamente positivos para todos. En el caso de los animales además, el hecho de que sean seres vulnerables y en la mayor parte de los casos desprotegidos, hace que tanto su cuidado como lo contrario tengan unas connotaciones especiales en este sentido, ya que despiertan en nosotros un instinto muy sano de protección o, por el contrario, actitudes consideradas psicopáticas. Por eso, es necesario que empecemos a entender que la protección animal no sólo es beneficiosa para los propios animales, sino que para el ser humano también.