El único ser en todo el mundo que sabes con total seguridad que nunca te va fallar, es un animal. Por eso, las personas que los queremos y los amamos valoramos mucho esta cualidad, ya que para nosotros poseen una de las más importantes características, la fidelidad. Esto quiere decir que cuando un humano que ama a los animales te da su palabra, es muy probable que la vaya a cumplir, porque tiene a su lado el mejor maestro en este sentido para enseñarle el arte la lealtad.

Y esto se puede generalizar al resto de valores tan sumamente importantes que poseen los animales, la mayoría relacionados precisamente con las carencias emocionales del ser humano. Las personas que amamos a los animales solemos valorar dichas capacidades y en consecuencia, lo lógico y coherente es que también intentemos desarrollarlas y poseerlas.

Cuando un animal te mira no le hace falta hablar, ni tampoco necesitas pruebas para saber que no te fallará. Las personas que compartimos nuestra vida con ellos aprendemos a saber que menos es más, cuando se trata de garantizar lo que uno puede dar. Ellos no te venden humo ni te intentar agradar, tan solo te aman y es que en realidad, no necesitamos nada más€ Ellos te dan lo que pueden, y aunque eso en ocasiones sea una sola cosa, puedes tener claro que siempre lo tendrás.

Confía tu vida a un animal y sabrás que la salvarás, hazlo con un humano y despídete por si acaso... Ellos tienen algo que nosotros no estamos dispuestos a dar, el hecho de poder confiar ciegamente en alguien sin dudar. Y ese es precisamente su fallo muchas veces, porque creen que también lo encontrarán en los demás, sin darse cuenta de que hay muy pocos humanos dispuestos a cumplir su palabra como lo haría un animal.