Hay un problema muy importante y es que a la mayoría de la gente que daña a los gatos ferales les cuesta entender que desgraciadamente para esos animales la calle es su hogar. Es el lugar donde llevan viviendo más años que probablemente los que tiene la gente que les quiere echar. El suelo que pisan les pertenece y es responsabilidad de los ayuntamientos que gobiernan los municipios velar por su bienestar.

Es muy frecuente ver cómo se responsabiliza a los gestores de las colonias a resolver los problemas y conflictos que a veces nacen fruto de la ignorancia y la falta de empatía de algunos seres humanos. Frases como: «llévatelos a tu casa» o «tienes que sacarlos de aquí» por desgracia son demasiado comunes en el vocabulario de la gente que convive con estos maravillosos animales, y que sigue sin entender que no solo ellos tienen derechos sino que los gatos y los gestores de colonias felinas también. Parece como si el hecho de alimentarles, curarles cuando están enfermos y esterilizarles de nuestro propio bolsillo la mayor parte de las ocasiones no fuese suficiente. Yo creo que deben pensar que cuando te haces gestor de una colonia, te haces inmediatamente también millonario y que eso te da el poder y la capacidad de coger terrenos donde te dé la gana para llevar a esos animales...

Me imagino que también deben pensar que tienen derecho a abusar de las personas que con su buen corazón ayudan a los más vulnerables. A veces el miedo a que les hagan daño nos hace vulnerables a nosotros también y es de lo que se aprovechan. Pero tenemos que empezar a empoderarnos y a defender lo que es nuestro o mejor dicho lo que les pertenece a los gatos ferales, que es su territorio (su hogar) y el derecho a vivir libre y dignamente, sin que nadie les haga daño. Ha llegado el momento de demostrar que esos animales tienen un ejército de gente detrás, cada vez más grande y poderoso, que no va a permitir ni a dejar de luchar, hasta conseguir que estos animales sean respetados.