Los estereotipos y prejuicios no se refieren únicamente a los seres humanos, sino que también afectan a los animales. Los primeros son las creencias irracionales que tenemos sobre las características de un grupo, y los segundos hacen referencia a la evaluación negativa respecto a ese grupo, como consecuencia de dichas creencias. Es decir, los estereotipos justifican el prejuicio. Ambos conceptos comparten un amplio espectro de actitudes negativas y generan rechazo y desigualdad a nivel social. Si aplicamos estos comportamientos sociales al ámbito de los animales, encontraremos que determinados especies son víctimas de maltrato social, con la única justificación de pertenecer a un grupo (especie) al que se le asocia un estereotipo negativo. Ejemplo de esto serían por ejemplo las ratas, los insectos e incluso animales que son utilizados como insulto, debido a los estereotipos asociados a ellos, como pueden ser los cerdos o los burros. También sucede con los gatos a los que se les prejuzga como ariscos y traicioneros. Todas estas características provienen de creencias irracionales, lo que quiere decir que no están basadas en la experiencia ni contrastadas, sino que se crean a través de una idea colectiva sobre características negativas asociadas a una especie concreta.

Son irracionales porque los estereotipos parten de generalizaciones, cuando en realidad cada individuo (humano o animal) es único y posee sus propias características.Dichos estereotipos y prejuicios, al igual que sucede con las personas, tienen consecuencias negativas muy graves para los animales, ya que agravan su discriminación, en este caso ya intrínseca en su condición de animal. Provocan un aumento de la violencia hacia ellos justificada por dichos estereotipos.

Se ha de tener en cuenta que, una vez más, se trata de un mecanismo psicólogico tóxico, no sólo para los animales o para quien lo recibe y es discriminado, sino que también lo es para la persona que lo utiliza. Lo sano sería no actuar de forma condicionada por la percepción sesgada y distorsionada de la realidad y además centrada únicamente en su parte negativa, sino aprender a ver la parte positiva de los demás y fomentar la integración de todos los seres vivos.