Los criaderos ilegales de perros intervenidos por la Policía en España no cesan. Esta semana ha caído uno más. El problema siempre es el mismo: las pésimas condiciones en las que, en muchos de ellos, mantienen a los animales. Es importante recordar que los permisos necesarios para tener un criadero o cualquier centro relacionado con los animales no son algo accesorio ni pura burocracia. Son la garantía de que, en éstos, los animales reciben un trato digno, poseen buenas condiciones higiénico-sanitarias y, en definitiva, disfrutan de bienestar animal. Lo demás es trabajar en la clandestinidad sin permiso ni control alguno.