Las autoridades están satisfechas porque la caza furtiva de rinocerontes va disminuyendo. En lo que va de año han caído abatidos 600 ejemplares. Pese a ser una cifra infinita es algo menor que la del año pasado que alcanzó la de 800 rinocerontes cazados. Supongo que quien no se consuela, es porque no quiere. Peor suerte, sin embargo, están corriendo otros animales como las jirafas o los elefantes. En el caso de estos últimos, la tendencia respecto a su caza ilegal sigue al alza. Cuando termine el 2018, el número de elefantes asesinados por sus colmillos estará muy por encima de los 15.000.