En el mundo de los animales como en el de las personas, la educación es fundamental y constituye el origen de muchos de los problemas de comportamiento que aparecen cuando son adultos. En el caso que nos planteas, por ejemplo, si cuando era cachorro has hecho de esos mordiscos un juego, tienes que pensar que, para él, sigue siendo un juego o, lo que es lo mismo, una forma de relacionarse contigo. Lo mejor, para evitar ese comportamiento, es que, con paciencia, se lo hagas saber no dejándole que se acerque a las zonas donde muerde. Además, estaría bien que introdujeras juguetes específicos para él. Tener a mano pelotas o muñecos te ayudará a que se entretenga y juegue sin morderte. Recuerda que los rascadores también ayudan mucho a desviar su atención y mantenerlo ocupado. En realidad, la razón por la que tu gato te muerde es una causas más frecuentes pero, también pueden hacerlo como forma de avisarnos de que les estamos molestando e, incluso, por ansiedad, miedo, dolor o enfermedad. Por eso, si ves que no se le pasa y persiste en su actitud, acude a tu veterinario. De esa forma podrá descartar cualquier otro tipo de problema.