La semana pasada intentaron robar una cría de tiburón de un acuario en Estados Unidos. En España, el robo de animales en zoos es también una realidad. Los autores suelen ser asiduos visitantes que aprovechan sus estancias para planificar el robo e, incluso, trabajadores que, contactados exteriormente por mafias, son los encargados de extraer los animales. Las especies más afectadas serían los titís y otros pequeños primates, así como las tortugas, los loros, guacamayos e, incluso, serpientes o arañas. Todo vale en el mercado del tráfico ilegal de especies que, desgraciadamente, sigue al alza.