Educar para proteger. El anteriormente magistrado de la Audiencia Nacional y hoy ministro del interior, Grande Marlaska, asevera que nota la conexión entre nosotros y los "animales no humanos", como les llama. San Francisco de Asís describía a los animales como "hermanos y hermanas", tratando el tema con veneración, señalando que lo que no se conoce se destruye y que, por eso, hay que difundir para proteger. Por lo tanto, hay que denunciar y contar las atrocidades e injusticias. El silencio es una gran traición. Denunciemos, divulguemos, contemos, etc, para lograr un mundo mejor. Cuando somos pequeños e inocentes niños, soñamos con animales de forma placentera, sin embargo, solo un 20% de los adultos lo hace. Perdemos, por tanto, habilidades y sentimientos naturales, ya sea por las experiencias, como por la vida en sí. Eduquemos en el respeto, generemos vivencias óptimas en nuestros hijos para que los niños al crecer no pierdan ese bonito patrimonio, el de la sensibilidad innata. Así haremos del planeta que habitamos un lugar tolerante y seguro, porque educando niños respetuosos, haremos adultos responsables.