La afirmación de que los animales tienen un sexto sentido que les permite detectar ciertos estímulos o energías que nos rodean no es gratuita. Se ha demostrado cómo, en los minutos previos a un terremoto, tsunami o riada, desarrollan comportamientos anómalos que les permiten salvar sus vidas. Basta recordar uno de los más devastadores como fue el de Sri Lanka, donde murieron miles de personas pero ni un solo animal. También se han constatado casos de animales con una capacidad especial para la percepción de enfermedades e, incluso, predicción de muertes inminentes en hospitales y hogares, como Óscar, aquel famoso gato de un geriátrico que predijo la muerte de más de 25 personas ingresadas. Está claro que los animales, además de unos sentidos muy desarrollados, poseen una sensibilidad única y especial. Aprender de ellos es siempre enriquecedor y, en este caso, una buena forma de estar prevenidos por lo que pueda pasar. La naturaleza nos lleva una gran ventaja así que lo mejor es cuidarla y aliarse con ella junto a todos los seres que poblamos el planeta.