La reciente aparición de un buey caminando por las calles de un municipio en Álava vuelve a recordarnos una realidad que, a menudo, resulta dramática para los animales. Se trata de la escasa responsabilidad de algunos de los propietarios de éstos, habitualmente caballos y ovejas que, por errores y descuidos, huyen y se plantan en carreteras y autovías con el peligro que ello supone. En este caso, fue un buey el que se escapó del camión en el que viajaba porque estaba mal cerrado y nadie fue capaz de cogerlo. Finalmente, fue abatido a tiros por la Ertzaintza. Descanse en paz el pobre animal.