Lo primero que debes hacer, antes de nada, es, por un lado, confirmar oficialmente que se trata de una especie que puedas tener en casa y, por otro, comprobar que tienes la documentación necesaria para su tenencia. En el Seprona te podrán informar al respecto. No olvides que, además de las protegidas, existen muchas nuevas especies catalogadas como invasoras cuya tenencia está prohibida.

Una vez estés seguro de que su posesión es legal, es muy importante tener en cuenta qué tipo de serpiente es, ya que de ello dependerán fundamentalmente las condiciones del terrario que necesites. Por ejemplo, si se trata de una serpiente arborícola -es decir, que vive en los árboles-, necesitará un terrario más alto que ancho y con ramas donde pueda estar, pero, si por el contrario es del desierto, el terrario deberá ser más ancho que largo. En cualquier caso, recuerda siempre que lo fundamental para que un terrario ofrezca las condiciones óptimas para la vida de una serpiente es que la temperatura y la humedad sean las adecuadas atendiendo a las condiciones existentes en su lugar de origen.