Los animales domésticos raramente atacan y solo lo hacen cuando se sienten amenazados.Los niños de la casa y los animales que en ella viven pueden ser estupendos amigos. Juegan y crecen juntos ayudándose, queriéndose y protegiéndose mutuamente. Aun así, hay que llevar cuidado y no dejarlos solos sin atención. Un niño pequeño no mide ni sabe controlar sus fuerzas, y sus cariños pueden resultar un poco bruscos. Los animales de las casa serán para nuestros hijos el juguete perfecto y por eso no se cansarán de perseguirlos hasta poder tocarlos y abrazarlos. Pero, evidentemente, los animales no son juguetes, son seres vivos y tienen sentimientos y emociones. A los niños debemos enseñarles a respetarlos y cuidarlos. Por eso debemos vigilarlos siempre cuando estén juntos. Es la forma idónea para que se conviertan en buenos amigos y puedan divertirse sin hacerse daño.