Paseando a mi perra veo un cachorrito de bulldog inglés e inmediatamente siento una gran pena. En primer lugar, porque sé las dificultades que tienen las hembras de esa raza a la hora de parir debido a las complicaciones médicas propias de la misma, eso suponiendo, y siendo muy optimistas, que haya nacido en un criadero legal en condiciones adecuadas. En segundo lugar, porque ese animal ha sido comprado quitando la oportunidad a los perros que se encuentran en la calle o en un sucio chenil de una perrera esperando una oportunidad. Y en tercer lugar, por el propio animal que está condenado a tener unos problemas físicos importantes debido a la manipulación genética para modificar su aspecto físico, por motivos supuestamente estéticos y que busca el ser humano porque le parecen «llamativos», a costa de la salud y el sufrimiento de su propio animal. Y esto es lo que más me llama la atención, ver cómo el chico lo abraza y expresa su cariño hacia él, cuando realmente le ha proporcionado una vida nada fácil debido a la elección superficial de su compañero de vida, por unas características físicas genéticamente alteradas, que tendrán consecuencias muy negativas para el perro. Y entonces yo me pregunto: para esa persona, ¿qué es prioritario, el bienestar de su animal o el aspecto del mismo a consta de lo que pueda suponer para el? Existen dos opciones o posibles respuestas, ninguna de las dos buena. La primera, que haya elegido esta raza sabiendo los problemas que conlleva y que no le haya dado la importancia que merece. Y la segunda, que hayan adquirido un animal sin saber las necesidades y características especiales de esa raza de manera irresponsable. A raíz de este hecho, invito a la reflexión sobre la elección de nuestro animal y, en concreto, cuando se compran razas simplemente porque su aspecto nos gusta o le gusta a los demás. Repasemos nuestras prioridades y principios, y pensemos en cómo influyen nuestros valores, o la carencia de ellos, en la vida de los animales a los que supuestamente queremos y a los que nos hemos comprometido a cuidar.