¿Perros cocainómanos? Pues sí, resulta que el dopaje también ha llegado al mundo de los animales. Todos los años se celebran carreras -unas legales y otras ilegales- con galgos. Estos animales usados para esta especie de eventos «deportivos» con apuestas incluidas son perros-atletas sometidos a un duro entrenamiento y se mueven cientos de miles de euros en cada una de ellos. Por eso, desgraciadamente, no es de extrañar que ahora se haya podido comprobar que, encima, algunos de estos animales son dopados, proporcionándoles cocaína para mejorar sus resultados deportivos. Un maltrato más.