Comenzaremos este artículo planteando la siguiente pregunta o reflexión: ¿los animales llegan a nuestra vida por casualidad? ¿Los elegimos nosotros o son ellos los que nos escogen por un motivo en particular? Todos/as los que compartimos nuestra vida con un animal o con varios sabemos que debía ser ese y no otro el que llegara a ocupar ese lugar. Cuando gestiono una adopción y viene una familia a por un animal concreto, observo que muchas veces al final se terminan llevando otro, que es el que debía ser para ellos. Es frecuente encontrar animales que llegan, como ya hemos hablado anteriormente, para sanar determinadas heridas a nuestra vida y, en otras ocasiones, para enseñarnos lecciones que debemos aprender y que sin su ayuda y enseñanza no seríamos capaces de ver. En mi opinión, los animales son guías que nos muestran el camino del amor, del respeto, de la tolerancia y de la aceptación incondicional, valores de los que como ya hemos mencionado anteriormente, hoy en día carece nuestra sociedad. Incluso es frecuente encontrar animales con un parecido físico sorprendente al de sus responsables.

Por ello, lo adecuado sería entender que debemos elegir o, mejor dicho, dejarnos elegir por los animales en función de lo que nos tienen que aportar y no por su aspecto físico, raza, tamaño o edad. Empezar a ver y a sentir, en definitiva a darnos cuenta de lo que es en realidad es un animal y el motivo por el que llega o no a nuestra vida, para de esa forma empezar a ser conscientes de la importancia que realmente tienen y lo que son capaces de dar.