Hace unos días era noticia en todos los medios internacionales la sorprendente historia de un grupo de jabalíes que, al parecer, habría anulado a una célula del Estado Islámico -ISIS-. Según las informaciones circulantes, los animales habrían atacado a éstos cuando se disponían a cometer un atentado en Irak. El resultado sería la muerte de la mitad de sus integrantes por embestidas o mordiscos de los animales.

Evidentemente, para algunos la noticia era, absolutamente, redonda: los fallecidos habrían caído en las fauces de aquellos animales a los que, según sus creencias, tienen prohibido comer. Es como acabar en manos de tu peor enemigo.

Sin embargo, muchos se preguntan si realmente no se tratará de un bulo más, dado que algunos, supuestos expertos, han afirmado que era imposible que un jabalí pudiera acabar con la vida de una persona.

Se equivocan. Los casos de ataques de jabalíes hambrientos a personas y otros animales se han producido a lo largo de toda la historia. La Guerra Civil española, sin ir más lejos, está llena de episodios de este tipo.

Los jabalíes poseen una fuerza increíble en su trompa y su piel posee tal dureza que es como una armadura impenetrable. No lo duden, si quieren, pueden acabar con la vida de una persona. Otra cosa es que las muertes de personas por jabalíes, en la práctica, sean, hoy en día, inexistentes. Al fin y al cabo, la humanidad genera tanta basura que no tienen grandes problemas en conseguir alimento fácilmente, aunque para ello tengan que visitar muchas noches los vertederos o contenedores de basura de las mismas ciudades.

Frente a lo anterior, lo que nadie discute es que las muertes de jabalís por disparos de cazadores sí se producen cada año y por miles? Pero, no crean, no sólo por disparos.

Verán, hace unos años algunas personas recibimos un vídeo grabado de noche por unos furtivos matando a cuchilladas un jabalí vivo.

Las imágenes eran reales, tremendas y absolutamente salvajes.

Al final del vídeo salía en primer plano el cuchillo ensangrentado, con un mensaje debajo: «El siguiente serás tú». No era un bulo, ni un «fake» creado por alguien. Era una advertencia, pura y dura, en un país en el que amenazar con matar a alguien sigue saliendo gratis. Así no va.